Apenas falta un mes para que Pablo Sanz entre en la historia tudelana al protagonizar uno de los actos con más tradición y arraigo de la Semana Santa de la capital ribera: la Bajada del Ángel. Y, para que todo salga a la perfección, el pequeño lleva ensayando varios meses bajo la supervisión de Miguel Ángel Vallejo y su mujer, Ana Mª Arregui, quienes se encargan, año tras año, de que organizar este acto que cuenta con la distinción de Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Así, tras aprender cada uno de los pasos que forman parte de esta popular ceremonia, Pablo pudo ensayarlas de la forma más parecida a la que lo hará el próximo Domingo de Resurrección, “colgado”.
Sin miedo, con muchas ganas de enseñar todo lo que ha aprendido y enfundado en el corsé que lucirá el próximo 4 de abril, Pablo alzó el primero de sus vuelos el pasado jueves. Y lo hizo con las alas, la corona y la banderola con que representará este papel en la plaza de los Fueros tras salir del templete que representa las puertas del cielo.
En el ensayo, que se realizó en la casa de Patxi Gambra y Pili Arregui, familiares de los Vallejo-Arregui, también estuvieron presentes los padres del pequeño, Ángel Sanz y Conchi Reinaldo, así como su hermano Sergio y varios familiares.
