La fiesta impregnó de magia y alegría muchos rincones de la ciudad y se vivieron con la misma intensidad tanto los actos más multitudinarios, como los más familiares. Los niños pudieron disfrutar con varios espectáculos infantiles; un numeroso público se concentró en la reja de Santa Ana para ver la colocación del pañuelo a los patrones de Tudela; tuvo lugar una comida popular de jóvenes a la que siguió una fiesta de D´J; como todos los años la Comparsa de Gigantes de Tudela amenizo nuestras fiestas...
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Y no podíamos pasar por alto, tampoco, los encierros de toros simulados, organizados por la Orden del Volatín; la ofrenda floral a Santa Ana, el día 25, organizada por la peña La Teba; el alarde de Gaiteros; los divertidos y emocionantes toros de fuego o las noches de música y danzas tradicionales en la plaza de los Fueros. De todo y para todos los gustos.
