Inscribirse en un club para invertir las horas libres en una afición, coleccionar algo o apuntarse a un curso dedicado al cultivo del bienestar, son otras de las opciones que nos ofrece el mercado del ocio, sobre todo en invierno.
El ajetreo de la vida actual, que se traduce generalmente en estrés, lleva a muchas personas a dedicarse unas horas a la semana a aliviar esa tensión y aprender a manejarla, con las miras puestas en la conocida máxima mens sana in corpore sano.
Como señala Juan Anuncibay, entrenador personal para la gestión del estrés, del centro Q´Balance, “existe una demanda cada vez más grande de cursos en los que se enseña a alcanzar una paz interior para contrarrestar este estilo de vida que nos aboca a padecer estrés, algo más grave de lo que se cree, porque condiciona nuestro día a día con dolores y alteraciones”. El objetivo de estos cursos no sólo consiste en ofrecer a la persona unos momentos de relajación, sino que se le dan las pautas y técnicas “para desarrollar capacidades que posee todo el mundo, con el fin de que logre una estabilidad interior ante los eventos exteriores”, indica Anuncibay.
Entrar a formar parte de un colectivo o asociación es otra de las salidas que buscan muchas personas, para llenar su tiempo de ocio practicando una afición. Formar parte de un club reporta al asociado todas las ventajas de una entidad organizada, y le permite desarrollar en grupo su pasatiempo preferido.
