Tudela

Ninguna reclamación patrimonial por el caso de las ovejas muertas

Propuesta de sanción

La Mancomunidad de Residuos Sólidos de la Ribera no ha recibido hasta el momento ninguna solicitud de reclamación patrimonial por daños a raíz del caso de las ovejas muertas en los aledaños de la planta de El Culebrete. "Lo único que hay por el momento es un escrito en el que se dice que se reserva el derecho de interponer una reclamación patrimonial en caso de que prescriba el plazo. Nada más", afirma Maribel Echave.



El caso salto a la luz pública en abril de 2013, cuando la ganadera Olga Fernández Pina interpuso una denuncia por un delito contra el medio ambiente supuestamente causado por un vertido ilegal desde la planta de El Culebrete. La ganadera aseguró que tal vertido, procedente según su testimonio del tanque de lixiviados de la planta, era el causante de la muerte de unas 1.550 cabezas de ganado de su propiedad (ovejas y corderos).



La Mancomunidad, que asume el incidente con el tanque, apunta sin embargo a una pequeña filtración. "No estamos echando nada contaminante a la red pública. En la planta se trata basura que no es peligrosa, la doméstica o industrial, pero nada de venenos ni otros tipos de residuos", explica Echave.



Según la presidenta de la entidad, el depósito de lixiviados (residuos líquidos formados a partir de la materia orgánica que también se tratan) está impermeabilizado y cumple todas las medidas de seguridad, además de tener un tamaño "demasiado pequeño como para generar las cantidades de fugas que se han publicado" (50 metros cúbicos).



En la planta fueron conscientes de que había lixivados fuera del depósito cuando el Seprona realizó una inspección en noviembre de 2012.

El agua en cuestión se encontraba en una acequia anexa,

y presentaba parámetros de contaminación con lixiviados tras analizar las muestras que tomó la Guardia Civil.



No obstante, a 50 metros en dirección a la balsa, los parámetros volvían a ser normales. Tras una nueva inspección por parte de Medio Ambiente, los responsables de la planta examinaron el depósito en busca de la causa de la filtración, explican desde la Mancomunidad.



Al comprobar que ni las válvulas ni las tuberías del vaso de vertido estaban averiadas, descubrieron que incluso con las llaves cerradas, el nivel

de líquido seguía subiendo y se sobraba por la tapa. Este fenómeno se dio debido a las fuertes lluvias que sufrió la comarca por aquel entonces.

Tres formas de tratar los lixiviados

Echave deja claro que "el agua que se analizó no es agua de la balsa de El Purguer, y que ésta también está analizada periódicamente por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), mostrando que se encuentra exenta de contaminación". "Los miles y miles de litros que hacen falta para que una mínima cantidad de lixiviados llegue desde la acequia hasta la balsa son cantidades estratosféricas", señala Echave.



Cabe destacar que existió una propuesta de sanción tras enviarse los resultados de la inspección de Medio Ambiente a la CHE, aunque finalmente, el Gobierno de Navarra consideró que la fuga era "irrelevante y sin consecuencias medioambientales", además de señalar que "las medidas adoptadas eran las correctas

y convenientes".



La primera medida que se tomó desde la Mancomunidad fue cerrar la acequia por la que corría el agua contaminada, ya que era una instalación interna de la planta. "El problema está solucionado y se trata de un área que pertenece a la zona de control", insiste Fermín Corella, gerente de la Mancomunidad.

'Lixiviados' es el nombre con el que se conoce comúnmente

a los fluidos que percolan a través de los residuos y que por tanto arrastran materias presentes en los mismos una vez atraviesan el sólido. Pese a que existen métodos de minimización a la hora de que se generen lixiviados, estos fluidos forman inevitablemente una parte consustancial a los residuos recogidos, por lo que existe un depósito específico en las plantas de tratamiento. En la planta de El Culebrete, los lixiviados que bajan a través de las tuberías habilitadas desde el vaso de vertido hasta el depósito son tratados de tres formas diferentes: la primera, y la que se llevaba a cabo hasta hace no mucho tiempo, era someter al tratamiento fuera de la planta, en este caso en una depuradora situada en la Ciudad Agroalimentaria de Tudela (CAT). La segunda, es tratarlos en la depuradora del propio vertedero, situada en la planta de biometanización.

Y la tercera, que se realiza en épocas en las que el balance hídrico (baremo que compara lluvia con evaporación) es negativo, consiste en volver a verter los lixiviados en el vaso

de vertido para que automáticamente se evaporen.