Tarazona

Navidades

Cada uno vemos las Fiestas según determinadas coordenadas. Unos preocupados por sus próximas pérdidas de poder, a muchos socialistas les huele el culo a pólvora. Otros muchos más, su problema comenzó con el Ere, hoy continua por los pocos meses que les quedan hasta agotar el subsidio de paro. Para otros, su preocupación es el poco consumo ¡el no saber si lograrán vender todo lo que tienen previsto para estos días! Muchos otros, es la falta de crédito para funcionar su pequeña empresa, y al parecer va ha seguir seco a corto. Dicen que hasta Obama anuncia que congelará el sueldo dos años, a sus funcionarios: ¡Mal de muchos epidemia!



Aquí, la izquierda abertzale confía en su próxima legalización, y las víctimas del terrorismo en que no la legalicen.



Pocos piensan que el próximo año será mejor, es generalizado el pesimismo. ¡Parece que el próximo año traerán mucho carbón los Reyes!



Falta ilusión, falta confianza, pues los que deberían actuar contundentemente y hablarnos claro, no lo hacen. La crisis dura más de lo que todos preveíamos, y todos los augurios sobre la prima riesgo son negros.



Si cambiamos de prisma, podemos ver que también siguen ocurriendo todos los días cosas maravillosas, que desde luego no son titulares de periódicos, pero todos los días millones de madres ayudan amorosamente a sus hijos; muchos hijos cuidan de sus padres; la mayoría de la gente trabaja honradamente; muchas personas altruistas ayudan a los más necesitados; otros muchos dan parte de su tiempo libre por una buena causa, y otros muchos ayudan a los más débiles.



Millones de personas siguen confiando en que en aquel lejano “pesebre”, de una aldea perdida, hace más de dos milenios, se nos anunció un Noticia Nueva de Paz y de Amor, que satisfaciéndonos la razón y el corazón, las propias entrañas del hombre, nos impulsa a hacer el bien, y nos ofrece una vida mejor, más feliz. Que no sólo es de este mundo, pues nos promete la resurrección eterna.



¡Feliz Navidad!