Han pasado más de dos semanas desde que lograra alzarse con el tercer puesto en el prestigioso certamen culinario Bocusse D’Or España, pero Nacho Gómara aún recuerda con intensidad los momentos vividos aquel día. Doblemente feliz por el reconocimiento a su ayudante, Juliana Dálmir, el cocinero del Pago de Cirsus se muestra optimista con respecto al futuro.
“Íbamos con pocas expectativas, a salvar los muebles, porque sabíamos el nivelazo que habría. Algunos participantes tenían Estrella Michelín y sus ayudantes eran jefes de cocina”, señala, otorgando “aún más mérito” a su tercer puesto y al premio a la mejor ayudante de su compañera.
Tensión y perfección
El concurso, en el que el jurado es estricto con aspectos como el corte de la materia prima o la presentación, permitió a Gómara vivir de primera mano la tensión de este tipo de certámenes. “Fuimos muy bien de tiempo hasta presentar el plato con trucha, pero luego se torció en la parte final. Estoy seguro de que con menos nervios podíamos habernos traído el primer premio a casa”, afirma.
El chef cascantino de 31 años se queda con la “valoración positiva de su trabajo por parte del jurado” y no descarta estar en más concursos el próximo año. “Me dijeron que contaban conmigo para el Bocusse D’Or 2016, pero no depende de ellos, sino de un jurado externo”, aclara.
