Tudela

Mitad hombre, mitad toro

Aunque podría parecer la definición del mítico minotauro, aquel ser legendario que encerrado en el laberinto del reino de Creta, aterrorizaba a los habitantes de la gran isla griega, esta descripción, “mitad hombre, mitad toro”, también se ajusta a la de otra criatura, no menos popular, que campa a sus anchas en la plaza de los Fueros, cada tarde al ponerse el sol, durante las semana de fiestas de Tudela.

Se trata del conocido Toro de Fuego, temido y adorado al mismo tiempo, este ser es el protagonista de uno de los actos del programa que más público infantil atrae cada tarde hasta esta céntrica plaza tudelana. Sin embargo, este animal no es tan bravo como lo pintan ya que, a pesar de su aspecto, que se caracteriza por una peculiar cornamenta de la que se desprenden chispas continuamente, su presencia no resulta peligrosa para el público que se encuentra cerca. Por ello, siempre hay algunos valientes que se atreven a incitarlo y correr a su alrededor, mientras que otros, prefieren salir huyendo, por si acaso.

Labor de las pirotecnias

De cualquier forma, el toro de fuego, se ha convertido en Tudela en una tradición que atrae, principalmente a los niños, pero que también gusta a los mayores y que se remonta, dentro del programa festivo de Santa Ana, al año 1.972. Es en esta fecha cuando el Toro de Fuego comienza a salir cada tarde de fiestas a las calles de la ciudad ya que antes, tan sólo se le podía ver el último día de las celebraciones.

Origen del Toro de Fuego

Los encargados de dar vida a este animal, mitad hombre y mitad toro, son las empresas pirotecnias que se contratan para lanzar las colecciones de fuegos artificiales. En este sentido, según comenta Pablo García de la firma Fuegos Artificiales A. Caballer, “en el caso de Tudela, al igual que ocurre en Pamplona, somos nosotros, las pirotecnias, quienes nos encargamos de hacer este espectáculo, mientras que en otros lugares son los propios Ayuntamientos quienes lo realizan. Así que, durante estas fiestas, se lidiarán en Tudela 6 toros de fuego de las ganaderías de A. Caballer y la Zaragozana”, bromea García.



El toro está formado por una carcasa metálica que se asemeja a la forma que tienen esos animales y que es la que deben portar los trabajadores de las pirotecnias mientras dura el espectáculo. Además, sobre este armazón se coloca un bastidor con diversos tipos de elementos pirotécnicos, como son los surtidores, piezas de fuego fijo que producen el efecto de un chorro de fuego, gracias a su composición a base de pólvora prensada dentro de un tubo.



Asimismo, también se pueden instalar los denominados cohetes borrachos o carretillas, que consisten en piezas de fuego que corren por el suelo echando chispas pero sin estallar. Y también se colocan sobre el armazón metálico las espectaculares ruedas, elementos fijos, en los que se disponen varios cartuchos con una doble función, por un lado, impulsar el artificio para que gire y, por el otro, producir el efecto de chispas de color con candelas y bombetas para conseguir un final más visual y llamativo.