Tudela

Marcilla celebra el 1.400 aniversario de su fundación

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Marcilla celebra este año el 1.400 aniversario de su fundación. Una efeméride que va a presidir todos los actos oficiales y culturales que se celebren a lo largo de 2010 en el municipio.

Historia de la fundación

Corría el año 610 cuando el rey visigodo Gundemaro decidió levantar un monasterio en lo que hoy es Marcilla, que ocuparon las monjas benefictinas. Aunque han aparecido numerosos restos que certifican la presencia de habitantes desde época romana, la villa ribera celebra este año su aniversario con actos de diversa índole.

Los católicos de Navarra sufrieron una gran persecución, ya que el arrianismo se había convertido en una doctrina impuesta en España. Sin embargo, al final, el catolicismo triunfó entre los visigodos, primero con la conversión del hijo de Leovigildo (Hermenegildo), y luego del propio padre antes de morir y del sucesor de éste, Recaredo (586-601). Todo parecía ir bien en la península con Recaredo y después con el rey Liuva II (601-603), cuando su sucesor Viterico (603-610) vuelve a vivificar las cenizas del arrianismo y extiende la doctrina por todo el país. Luego llegó al trono Gundemaro.

Éste era católico y en los dos años que vivió reinando, luchó por erradicar el arrianismo de la península. En éste afán, y sabiendo que los pobladores de Vasconia profesaban la doctrina arriana y que la imponían a sangre si era preciso, y por otro, que continuamente bajaban de los montes a las zonas llanas a robar y saquear, decidió ir contra ellos con un pequeño ejército. Y dada la fe que éste rey profesaba, se hizo acompañar en esta expedición, desde Toledo, de una imagen de la Virgen. Cuando ya había penetrado en Navarra (ésta era entonces el núcleo de los vascones, cuyo territorio incluía el norte de Huesca, País Vasco y parte de La Rioja y que era conocido como "Vasconia") le salieron al encuentro los rebeldes en la llanuras Ridienses, lo que hoy es Marcilla. El Rey y su milicia embistieron con tal fuerza, aún con inferior número, que vencieron al enemigo. Sin embargo, los infieles se rehicieron en el Norte, y Gundemaro volvió a luchar contra ellos y les venció de nuevo. Al volver triunfante a Toledo, pasó por estas llanuras Ridienses, y acordándose de la primera batalla, en honor a la Virgen, decidió construir allí un pequeño monasterio, dejando en él la imagen de la Virgen Blanca. El monasterio tomó como nombre el de "Monasterio Ridiense de Santa María la Blanca".