Tudela

Los jubilados quieren atención

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Hace un tiempo, los jubilados del Club “La Ribera de Tudela” ya fueron actualidad con motivo de una iniciativa reivindicativa, cuyos beneficiarios serían todos los pensionistas del Régimen Agrario de la Comarca Ribera, con la que se perseguía la equiparación de las pensiones al salario mínimo interprofesional. Más tarde, lograron un acuerdo con la subdirección de Atención Primaria del Hospital Reina Sofía para hacer coincidir los horarios de las visitas médicas con los de los autobuses que diariamente se desplazan desde los municipios riberos hasta la capital. Una medida que afectaba a alrededor de 20.000 personas residentes entre Milagro y Cortes, muchas de las cuales dependían del transporte colectivo para desplazarse al centro médico. ¿Por qué no lograr ahora que el Ayuntamiento de Tudela escuche y materialice sus “pequeñas” peticiones?

Y es que, para Pedro Gómez, presidente de la entidad de veteranos, “hay todavía muchas reivindicaciones que hacer, pequeñas pero muchas”. Todo porque “no siempre se presta al mayor la atención debida”. Y considerando que era el día 14 de febrero y a Gómez le costaba no ser cariñoso con el resto del mundo, su única petición fue la siguiente: “que todas las aceras de la ciudad tengan rebajes y estén señalizados los pasos de peatón”.

Por su parte, varios de los socios, modelos por un día en el desfile organizado por el club para festejar San Valentín, también se mostraron claros y concisos con lo que consideran casi sus necesidades básicas. Son: Luis Marcos Gárate, Lucía Dorréis, María Pérez y Encarnación Fernández. Y sus peticiones: un hogar del pensionista, como el que tiene cualquier municipio de la Ribera, siendo el de Milagro el que ellos pusieron como ejemplo; una plaza Padre Lasa menos descuidada de lo que lo está en la actualidad, según achacaron ”por el poco cuidado de las madres que frecuentan esta céntrica zona del Barrio de Lourdes con sus hijos; instalaciones apropiadas y reglamentarias para la práctica de ciertos juegos y actividades y clases de cocina o de “lo que sea”, como las que se organizan para otros colectivos.

Por un momento, entre bromas y con muy buen humor hubo quien pidió “juventud” y hasta “otras piernas para poder bailar más”. Incluso algunas jubiladas de Tudela se atrevieron a opinar como féminas, del alcalde, Luis Casado. “Es muy guapo y majo, la verdad”. Después, los hombres lo analizaron como político. “Quizá demasiado blando para gobernar una ciudad. Debería endurecerse un poco”, opinó Manuel Zardoya. Y, de nuevo, las peticiones serias. Como “que se invierta el presupuesto municipal en lo verdaderamente necesario”, que fue algo que pidió el mencionado Zardoya, o que se ejecute lo antes posible el proyecto que remodelará toda la zona de la Torre Monreal para que vecinos como Josefina Galindo no tenga que soportar a diario la dura cuesta que sube hasta el corazón de María. “A mi edad, cada día me cuesta más”, dijo Galindo.

Y poco más. Porque, reproduciendo sus propias palabras, “para qué meternos con la Plaza de los Fueros si ya está dicho todo”.