Tudela

Los Carnavales ponen magia y color al invierno

Con la llegada del nuevo año, varias localidades de Navarra reciben la visita de carboneros, fantasmas de tela de saco rellenos de hierba seca, osos, gigantes de tres metros y bandidos con palos y escobas. Sólo permanecen cuatro días, pero durante ese tiempo se convierten en los protagonistas indiscutibles de los Carnavales rurales, una fiesta colorista ligada a las danzas y rituales mágicos más ancestrales. Aunque en algunos pueblos se adelantan al mes de enero, la mayoría de los espectáculos tiene lugar en los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza (10, 11 y 12 de febrero).



Una de las primeras localidades navarras en dar la bienvenida a Don Carnal fue Leitza este pasado domingo, seguidas de Ituren y Zubieta. En Lesaka y Bera, la fiesta tiene lugar el domingo de Carnaval (10 de febrero). El 12 de febrero llegará a localidades como Lantz, Altsasu/Alsasua, Unanu, Goizueta o Arizkun, localidad en la que la tradición juega un papel muy importante.



En el sur de Navarra la fiesta pagana es especialmente vistosa en Tudela, donde los protagonistas indiscutibles son los cipoteros, personajes con máscara y cabeza cubierta que arrojan caramelos. Acompañados de los capirotes, recorren las calles el viernes anterior al Miércoles de Ceniza (8 de febrero).

En Cintruénigo, los zarramuskeros toman las calles del pueblo las tardes del sábado y domingo de Carnaval (9 y 10 de febrero). Su misión es rociar con el agua con azulete que llevan en unas sulfatadoras a cuantos pillan por el camino.