El sol y el viento fueron, junto a las tradicionales flores, los principales protagonistas de la festividad de Todos los Santos el pasado jueves.
Los camposantos riberos fueron lugar de peregrinación para miles de personas que quisieron honrar y recordar a sus difuntos durante esta jornada tan especial.
Algunos de estos cementerios, además, ampliaron sus horarios durante los días previos para facilitar el arreglo y la limpieza de nichos, tumbas y panteones con el fin de que lucieran su mejor cara el día 1.