Caminante de calzadas
viajero de callejones,
explorador de autopista
y náufrago de transportes...
¿Qué andas buscando sin pausas
en las luces de la noche,
que parpadean anuncios
y deslumbran a los hombres?
¡Rompe el tedio de tu viaje
en la multitud de coches,
y enfila la carretera
que conduce al horizonte!
¿No contemplas los fulgores
que el sol arranca al nacer
de la esbeltez de sus torres?
¿No escuchas el resonar
de sus amistosas voces,
invitándote a sus fiestas
con mil campanas de bronce?
¡Ven a Tudela viajero!
Y verás un monumento
alzarse como una mole
de historia y de tradición.
Podrás ver la Catedral
de venerable renombre,
que alberga nuestra Patrona
la Gloriosísima Santa Ana;
verás también la belleza
de innumerables rincones,
donde moros y judíos,
cristianos y viejos nobles
hicieron nuestra ciudad.
¡Son las fiestas de Tudela!
¡No busques más caminante!
Tudela es tu meta y norte,
pues Tudela te recibe
con el alegre redoble,
de sus campanas al vuelo,
el aire de sus charangas
y fabulosas verbenas,
podrás disfrutar también
de la alegre Revoltosa;
Un baile de la ciudad.
En Tudela son las fiestas
un tradicional remanso,
de gozar de la comida
y de catar buenos caldos,
un alto en nuestro trabajo,
una vuelta a la hermandad,
sosiego y calma a los tiempos
en el verdor de los campos.