Tudela

Limpiar los rastros de la fiesta

1184255755.jpg

En fiestas hacemos muchas cosas: divertirnos, beber, comer, cantar... Y ensuciar. Y además, ensuciamos mucho, de manera que los trabajadores de Cespa, responsables de la limpieza de Tudela, tienen que intensificar su trabajo.

“En fiestas estamos pendientes de la limpieza de muchos actos como el cohete, las procesiones, salidas de peñas,... -explica el jefe del servicio, Javier Flamarique-. “Por ejemplo, el año pasado, la novedad fue el encierro. La limpieza de un encierro de doble vallado, no tiene nada que ver con la de otro sencillo. Al haber doble vallado, la basura de toda la noche se queda entremedios y la manera de limpiarlo es diferente. Hubo que utilizar dos sopladoras y una barredora por todo el recorrido”. Y ahí no acaba la cosa, después del encierro, hay que volver a limpiar todo el recorrido, y el Parque de Otoño.

El problema del suelo poroso

Cada año, eso sí, el acto central es el cohete. “Otros años, lo que hacíamos era aglutinar a todos los trabajadores y maquinaria en el chupinazo. Pero observamos que las fiestas están evolucionando de tal manera, que los jóvenes tiran harina, huevos y azafrán por diferentes sitios. Por eso, es mejor estar en todos esos sitios”. Y es que las costumbres que se imponen entre la juventud, bastante poco cívicas y que no divierten más que a ellos, complican mucho el trabajo de limpieza. “Lo que hicimos el año pasado, es dejar a dos o tres personas con una máquina en puntos como la plaza de la Constitución, la de Sancho el Fuerte, el Queiles... Y los efectivos más importantes en la plaza de los Fueros. Aun así, no es suficiente. Nosotros casi preferiríamos que les dejasen tirar toda la porquería en la plaza de los Fueros y así no ensuciarían todo Tudela”.



Estos días, es necesario reforzar la plantilla, que habitualmente es de 30 personas, aunque el número exacto de trabajadores es difícil de calcular, porque hay que sumar horas extra, dobles turnos...

En los últimos años, los encargados de la limpieza tienen que enfrentarse a otra cuestión: el carácter poroso del suelo de la Plaza de los Fueros, y Carrera. “Ese suelo es un granito poroso, y cualquier cosa que cae, la absorbe”. -explica Flamarique-. A efectos de limpieza es más complicado, pero por ejemplo, las baldosas de la Avenida Zaragoza no son porosas y resbalan mucho más. Se limpian más fácil, pero también la mancha se ve más. Cada suelo tiene sus características”.