Tauste

Las picaduras de insectos

Reacción alérgica

Las picaduras de insectos forman parte indisoluble de la “oferta” que acompaña a la temporada estival. Cuando llega la primavera, y a medida que se aproxima el verano, toda una pléyade de mosquitos, avispas o abejas se preparan para inocular distintos tipos de veneno. Aunque estas picaduras provocan reacción en todos los individuos, las personas alérgicas a un determinado veneno animal, corren más peligro.

Mosquitos

Cuando un insecto introduce su aguijón en nuestra piel, inyecta una sustancia susceptible de producir una reacción local de tipo alérgico más o menos intensa, seguida de irritación, enrojecimiento e hinchazón. Inicialmente, estas picaduras, aunque muy molestas, no comportan un riesgo especial para la salud; sin embargo, en las personas especialmente sensibles a estas sustancias pueden dar lugar a una reacción sistémica de graves consecuencias que se manifiesta con erupción generalizada, náuseas, dolores abdominales, fiebre, respiración dificultosa e hinchazón de la cara y/o de la lengua. La presencia de alguno de estos signos requiere el rápido traslado del afectado a un centro de urgencias.

Abejas y avispas

Una vez que se ha sufrido una picadura de mosquito, conviene evitar rascarse la zona afectada para no lesionar la piel y no dejarla expuesta a que las bacterias penetren e infecten la herida; a la vez que hay que aplicar compresas frías para que baje la inflamación.

En caso de sufrir una picadura, aun sin ser alérgico, se recomienda no permanecer en la zona. Hay que tener en cuenta que estos insectos inyectan un veneno que contiene unas sustancias llamadas feromonas que atraen a otros individuos de la especie. Se recomienda limpiar y desinfectar la zona de la picadura. Después, hay que extraer el aguijón cuando éste se haya introducido en la piel. Acto seguido, aplicar frío y antiinflamatorios locales. Es importante mantener en reposo la zona de la picadura y, sobretodo, no aplicar remedios caseros tales como barro o saliva.