La Asociación de mujeres Alhama de Cintruénigo se encarga desde la creación de esta entidad en 1997 de la organización de los actos que rodean al muñeco, denominado Txapalangarra, y que se convierte en el protagonista de las fiestas de San Juan cada 23 de junio.
Aunque el colectivo está integrado por alrededor de 300 féminas, es un grupo reducido de ellas (algunas aparecen en la fotografía superior) las que dedican una parte de su tiempo a buscar las ropas de este pelele, que simboliza a un viejo recaudador de impuestos, y a llenarlas de paja para darles forma humana.
Este año se ha encargado de recoger el ropaje Amada Casado. “Siempre son ropas de hombre, para que el muñeco adquiera más corpulencia. Esta vez la ha aportado Cáritas. Es un pantalón, y una camisa y chaqueta azules”, indica.
Colaboración masculina
Pero es Olga Ayala quien se encarga de rellenar estos atuendos y de modelar al muñeco, además de trasladarlo el 23 de junio, víspera de San Juan, hasta la plaza del Ayuntamiento, donde ellas mismas lo cuelgan de una moroma que amarran a dos balcones, desde donde lo zarandean y voltean, para regocijo principalmente del público menudo.
Ya por la tarde, y después de permanecer toda la mañana colgado de los balcones, el muñeco es trasladado hasta Los Paseos, donde, tras ser zarandeado por las calles, asiste al baile de las Sanjuaneras para, posteriormente, ser pasto de las llamas en la tradicional hoguera de San Juan.
