Fue gracias a su hermano cuando Mikel Lafraya supo por primera vez lo que era coger un balón de rugby. Entonces hacía piscina y su hermano le animó a cambiar el agua por el barro y diez años más tarde se ha convertido en una de las promesas del rugby español. Tanto es así, que ha sido convocado con la selección sub 17, 18, y ahora con la sub 20. Además, esta semana conocerá si forma parte de la expedición que viajará a finales de mes a Rumanía para participar en el Europeo sub20 de rugby.
Este joven villafranqués comenzó con 9 años a jugar en el Unio Esportiva Sant Boiana. A sus 19 años intercala el primer y el segundo equipo del Sant Boi de Llobregat, equipo en el que se encuentra en la actualidad su hermano Julen. Cabe destacar que este club es el número uno de rugby en la actualidad.
Lafraya juega en tercera línea, delantero flanker y destaca por su rapidez, agilidad y placaje. "Todo el mundo desde fuera piensa que es un deporte muy bruto y luego cuando estás dentro te das cuenta de que es lo de menos. Es un deporte de contacto, pero al final es más limpio que cualquier otro", confiesa Lafraya.
