Castejón

La tristeza no se cura con una píldora

Reactividad del humor

Es el quinto grupo de fármacos más consumido en España, pero, según un estudio publicado en la revista JAMA, millones de pacientes podrían estar tomándolos inútilmente. Son los antidepresivos, esas píldoras en las que los españoles gastaron más de 600 millones de euros el año pasado. El trabajo, que analiza datos de seis ensayos clínicos en los que se compara su eficacia con la acción de un placebo, concluye que los fármacos sí ayudan a las personas con depresión, pero sólo a quienes la padecen en una forma grave.



Según el psiquiatra del Hospital Clínic de Barcelona Víctor Navarro, es cierto que en España se recetan antidepresivos a personas que no padecen depresión, pero esto no quiere decir que los fármacos sean inútiles. "Hay que distinguir entre tristeza y depresión; los antidepresivos curan la depresión y no la tristeza, pero sí hacen que la persona triste lleve mejor su estado de ánimo, por lo que le ayudan", señala este especialista.



Para Navarro, no existen depresiones leves, y lo que los autores del estudio califican como tal son casos de tristeza. En su opinión, gran parte de los pacientes que acceden a participar en un ensayo clínico para evaluar un nuevo fármaco, son personas tristes y no deprimidas.

Lo que define al depresivo es, según este experto, "la incapacidad para reaccionar frente al medio". Entre la persona triste y el depresivo existe un término medio que es el "trastorno adaptativo", y Navarro reconoce que, tanto a estas personas como a las que sienten tristeza se les recetan antidepresivos habitualmente, lo que explicaría la elevada cifra de venta de fármacos de este tipo.



Este especialista considera que a una persona no deprimida "la psicoterapia le hará lo mismo o más que la pastilla". ¿Por qué, entonces, se recurre a los fármacos? Para Navarro, la respuesta es lógica: los psicólogos son caros y hay menos cantidad en la Seguridad Social que psiquiatras.



El estudio de JAMA, además de sugerir que puede haber un exceso de prescripción de fármacos antidepresivos, pone de manifiesto otro punto importante: la fiabilidad de los ensayos clínicos que se realizan para evaluar la eficacia de este tipo de medicamentos.