Purificación a través del fuego
De devoción y tradición, de sabores y aromas y, sobre todo, de mucha gente. La Semana Santa alfareña se ha vestido de un ambiente excepcional con miles de personas, tanto vecinos como sus invitados, amigos y turistas, disfrutando de las diferentes propuestas para compartir en la localidad riojabajeña estos días de vacaciones.
Junto a las procesiones y rituales religiosos propios de estas fechas de recogimiento, los atractivos para visitar Alfaro se han multiplicado gracias a la iniciativa gastronómica la Semana Santa Verde, que vivía su sabrosa quinta edición organizada por el Ayuntamiento junto a la hostelería local, con la colaboración del Gobierno de La Rioja y de la Cámara de Comercio.
Desde la mañana del Jueves Santo hasta las últimas horas del Domingo de Resurrección, quince bares y tres restaurantes enriquecían el sabor de estas fechas festivas con sus pinchos y menús inspirados y fundamentados en las ricas y variadas verduras que se cultivan en las huertas alfareñas. “Nuestros agricultores preparan productos de primera calidad que nos permiten realizar estos platos”, subraya el reconocido cocinero alfareño Luis Martínez Abascal. “La mayoría de nuestros visitantes vienen atraídos por la gastronomía y la bebida. Por ello, es importante seguir dándolas a conocer, sumándose a otros atractivos para alargar la estancia del turista”, añade la consejera de Turismo Aránzazu Vallejo.
Por ello, el maridaje entre tradición religiosa y el turismo gastronómico dio como resultado un vivo ambiente en las calles durante esta Semana Santa. Así, además de asistir a la devoción de las procesiones, alfareños y visitantes conocieron la exposición de verduras que por primera vez se mostraba en la plaza de España, participaron en las catas, recorrieron la ruta gastronómica y los niños disfrutaron en los hinchables y teatrillos infantiles.
A las habituales catas de aceite y vino se sumaron en esta edición las novedosas de chorizo riojano y demostración de productos cosméticos naturales, con gran aceptación por parte del público. El mismo éxito se consiguió al congregar comensales alrededor de las degustaciones de menestra o de tortilla de chorizo, que eran los puntos de salida hacia la ruta de pinchos, que reunió durante todos estos días a cuadrillas de alfareños, grupos y familias de visitantes.
La tradición manda en el colofón de la Semana Santa alfareña. En la mañana del Domingo, los alfareños cuelgan y prenden a los Judas por sus calles. En esta ocasión, cientos de personas que acudieron a esta Fiesta de Interés Turístico Regional vieron la quema de 52 de ellos, unos muñecos confeccionados por grupos de vecinos que escenifican personajes del famoseo más burdo, de la corrupción política, etc. “Con ellos, representamos a la parte más mundana de nuestra sociedad y con el fuego expresamos nuestro deseo de cambio y de que lleguen buenas noticias”, explicó Mari Carmen Peña, representante de los vecinos antes de dar inicio a la Quema. Y tras esta tradición, los alfareños acudieron a otra heredada de sus mayores, comer ese día tortillas para conmemorar el final de los días de recogimiento.
