Alrededor de un centenar de tudelanos participaron el pasado fin de semana en la tradicional romería al Corazón de Jesús que, como cada año por estas fechas, se convirtió en una “alegre fiesta” para los presentes. En esta ocasión, el frío también hizo acto de presencia, variando en parte el escenario principal del evento, que no fue la explanada del entorno del Corazón de Jesús sino el interior de la ermita.
Así, el pequeño templo tudelano acogió en primer lugar una eucaristía y, posteriormente, el reparto de los tradicionales “corazonicos” por los responsables de la Asociación de Amigos del Corazón del Jesús. En total, unos 300 bollos rellenos de crema que los asistentes compraron por una doble causa, colaborar con la fiesta y degustar estos deliciosos dulces que tal y como reconoce el Consiliario de la Asociación Amigos del Corazón de Jesús, Ángel Ortiz de Urbina, “son muy buscados por la gente ese día porque son muy típicos”. El jesuita fue el encargado de oficiar la misa en la ermita, amenizada con numerosos cánticos, “que hicieron de la celebración una pequeña fiesta”.
Debido a la mala climatología y al viento que dominó en la jornada del pasado sábado en la capital ribera, la asistencia a esta fiesta se redujo ligeramente con respecto a otras ediciones.
