Pamplona/Iruña

“La productividad de la economía española siempre ha sido muy baja”

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Así lo expuso el lunes, 19 de abril en Pamplona en la décima conferencia del ciclo “Respuestas ante la crisis”, organizado por Institución Futuro con la colaboración de varios medios y la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN). El ponente fue presentado por Emilio Huerta, director del Centro para la Competitividad de Navarra / Institución Futuro, y contó con casi un centenar de asistentes.

La falta de productividad de la economía española es, según José Antonio Herce, uno de los principales problemas de nuestro país, una productividad que nunca ha sido elevada, “ni siquiera antes de la crisis, cuando el crecimiento económico era alto”. El ejemplo más claro es que la productividad por trabajador en Alemania alcanza los 80.000 euros, mientras que en España apenas llega a los 50.000, por lo que el beneficio del empresario, después de pagar los salarios, los impuestos, etc., queda muy limitado.

Los síntomas de no sostenibilidad que en estos momentos posee nuestra economía son, entre otros, unas tasas de inversión propias de un país en vías de desarrollo, pero que en España se alcanzaron debido a la construcción y al acceso de la generación de los babyboomers a una segunda vivienda. El endeudamiento desproporcionado de hogares y empresas, junto con el hundimiento del mercado de trabajo, “que no tiene parangón respecto a otros países europeos”, ha hecho que España esté sufriendo “la peor crisis desde hace décadas”.

En ese sentido, el ponente reconoció que tiene serias dudas de que nuestro país vaya a alcanzar un crecimiento superior al 2% en 2013 y afirmó que los paquetes de ayudas fiscales han dado de sí todo lo que podían. Aun y todo, “seguimos teniendo falta de demanda, que sumada a la todavía falta de crédito y escasez de confianza hacen que, aunque algunas Comunidades Autónomas ya estén creciendo en positivo, la economía española en su conjunto todavía esté estancada”.

Ante esta situación, Herce planteó llevar a cabo una serie de reformas estructurales, “dolorosas a corto plazo pero imprescindibles”. Entre las medidas planteadas, se encuentra modificar los mercados de bienes y servicios para lograr una verdadera unidad de mercado en España y en la Unión Europea y estimular la competencia interior y exterior de los servicios. Respecto a los fundamentos de la productividad, destacó la necesidad de aumentar la productividad de los trabajadores “mediante una mejora en su formación, en los equipos, instalaciones, tecnologías y diálogo” para tener un clima mercantil, regulatorio y administrativo propicio a los negocios. La reforma de la Formación Profesional y la Formación Continua fue otra de las propuestas.