El pasado 2 de julio se cerró la primera temporada del Teatro Gaztambide. Tras mantener íntegramente las 21 actuaciones que componían esta primera programación podemos hablar con optimismo de 9.002 asistentes, lo que supone una media de más del 57 % (superando la afluencia nacional a salas que ofrecen toda la gama de artes escénicas como ha hecho el Gaztambide en esta temporada de reapertura de puertas).
Cabe también recordar que el promedio de actuaciones ofrecidas en ciudades de hasta 30.000 habitantes es de 12,6 y en urbes de hasta 200.000 de 20,6 por lo que nuestro teatro ha sido capaz de brindar, en cantidad y calidad, un importantísimo conjunto de espectáculos heterogéneo y diversificado a sus ciudadanos.
En un análisis más detallado podemos resaltar el 77,3 % de ocupación del aforo con las producciones locales y amateur; el teatro ha tenido una asistencia del 61,7 %; las actuaciones dirigidas al público infantil un 59,3 %; la danza y los musicales un 48,2 % y, finalmente, los conciertos que han abarcado distintos formatos y tipos de música con una ocupación del 46,9 %.
Los espectáculos que han conseguido colgar el cartel de “no hay entradas” han sido Cantajuego y La Cena de los idiotas, producciones infantil y teatral respectivamente.
El Teatro Gaztambide, contribuye de manera decisiva al cumplimiento de las líneas estratégicas desarrolladas en el Programa de Castel Ruiz ya que la cultura no solo tiene la capacidad de generar efectos positivos en la sociedad, además es capaz de articular nuestra sociedad y mejorar a los individuos, estimula la creatividad, la innovación, y facilita que esta se traslade a otros sectores productivos convirtiéndose, a la vez, en uno de los elementos fundamentales de la imagen de nuestra ciudad. Es, por tanto, uno de los sectores estratégicos de las sociedades avanzadas y, como tal, tiene mucho que ofrecer al conjunto de Navarra en un momento tan delicado como el que estamos atravesando.
No cabe duda que aún estamos lejos, en el ámbito de las artes escénicas, de la realidad europea. Sin embargo, trabajando en la educación cultural temprana de nuestros ciudadanos podemos acercar distancias.
Para crear públicos y mantener a los existentes debemos sostener una adecuada estabilidad en la programación. Es muy importante que la gente de La Ribera se sienta orgullosa de su Teatro y de la programación del mismo, que estén contentos y que con trabajo de calidad y tesón se acabe convirtiendo en un icono.
Para ello trabajamos desde Castel Ruiz, con renovadas ilusiones, en una nueva programación que verá la luz el próximo otoño.
Muchas gracias a todos por vuestro apoyo y colaboración que habéis mostrado en todo momento.
Mercedes San Pedro López
-Presidente-
