La Policía Foral imputa un presunto delito de incendio forestal a tres de las cinco personas que el miércoles fueron detenidas en Falces tras el incendio que obligó a evacuar a 500 vecinos de Peralta y afectó de forma desigual a 350 hectáreas de pequeños bosques de pino y roble mediterráneo, matorral y campos de cereal.
Estas tres personas pasaron a disposición del juzgado nº 2 de Tafalla a última hora de la mañana del viernes 13. Las otras dos, a las que se imputa un delito contra la salud pública, fueron el jueves puestas en libertad a la espera de lo que dictamine la autoridad judicial.
Según las investigaciones, el incendio se produjo en las cercanías de una caseta, en el soto Calón de la localidad de Falces, cuando los detenidos realizaron fuego para quemar la piel de unos corderos, contraviniendo la normativa foral. Al desplazarse hasta el lugar, los investigadores encontraron sustancias estupefacientes en el local, motivo por el que se ha imputado a tres de ellos por delito contra la salud pública. En concreto, los arrestados eran cuatro hombres y una mujer:
En la Ribera está prohibido el uso de fuego
M.C. 33 años, vecino de Falces: se le imputa un delito de incendio forestal y ha pasado a disposición judicial. H.E.O. 35 años, vecino de Falces: se le imputa un delito de incendio forestal y ha pasado a disposición judicial. M.E. 37 años, vecino de Falces: se le imputa un delito contra la salud pública y otro de delito de incendio forestal. Ha pasado a disposición judicial. A.B.O. 30 años, vecina de Falces: se le imputa un delito contra la salud pública. Fue puesto en libertad el jueves. J.A.S.A. 51 años, vecino de Falces: se le imputa un delito contra la salud pública. Fue el jueves puesto en libertad. El operativo de Policía Foral se puso en marcha en el momento en que se tuvo conocimiento del incendio. Efectivos de la Brigada de Medio Ambiente de la Policía Foral lograron localizar el punto de inicio del incendio y lo preservaron desde ese momento para la realización de las investigaciones (inspecciones oculares, la recogida de indicios, testimonios de testigos y otras pruebas), base para los atestados que han elaborado la Brigada de Medio Ambiente y la División de Policía Judicial.
Retén de vigilancia en la zona afectada
Desde Policía Foral se recuerda que la legislación foral vigente prohíbe la utilización de fuego en determinadas zonas de la Comunidad (como el caso de la zona sur donde se ha producido el incendio), según la Orden Foral 313/2010, de 23 de junio, que regula el uso del fuego en suelo rústico, que divide Navarra en zona norte y zona sur. En concreto, en el artículo 2.2, se recoge: “Se prohíbe el uso del fuego con fines recreativos en la zona sur de Navarra”. El incumplimiento de esta norma conllevaría una sanción administrativa, pero en este caso, debido a la magnitud de los daños y peligro causados, se ha incurrido en un ilícito penal, contemplado en el Código Penal bajo la figura de incendio forestal, si bien será la autoridad judicial quien valore la naturaleza jurídica de los hechos y las circunstancias que los rodean.
Un retén formado por doce efectivos del Servicio de Bomberos del Gobierno de Navarra, dotados con dos autobombas y un vehículo cisterna, trabajó durante toda la jornada del viernes refrescando la zona afectada por el incendio que ha afectado a los términos municipales de Peralta y Falces. Los bomberos, pertenecientes a los parques de Cordovilla, Peralta, Sangüesa y Tafalla, permanecerán en el lugar hasta que el fuego se consideré totalmente extinguido.
El incendio, declarado el miércoles por la tarde en Falces, quedó controlado en la mañana del jueves 12 y, a las 22.30 horas, el nivel de alerta del Plan de Incendios Forestales (en una escala que fluctúa entre el 0 y el 3) se rebajó al nivel 1. Esto supone que únicamente son necesarios los medios propios de la Comunidad Foral.
El fuego se inició en torno a las 17 horas en el término de Falces y avanzó 6 kilómetros en dirección sur, hacia Peralta, donde medio millar de vecinos tuvo que ser desalojado de forma preventiva por la cercanía de las llamas. Se estima que la superficie afectada es de 350 hectáreas aproximadamente, entre ellas zonas de difícil acceso por lo abrupto de la orografía del terreno, con pequeños bosques de pino y roble mediterráneo, zonas de cultivo de cereal y matorral.
