Tudela

La nota de color de las fiestas

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Entre ellos se llaman caballeros y su distinción se debe a una orden que data de 1969. Son los miembros de La Orden del Volatín, uno de los entes que más participa en la vida pública tudelana y que, hasta el momento, sólo está reservado a los hombres. Aunque su actividad no se limita solo a la semana festiva, es durante los siete días que Tudela dedica a Santa Ana cuando sus actos adquieren más protagonismo.

Baile de gigantes

Comienzan las fiestas repartiendo más de mil pañuelos rojos entre todos los tudelanos que se acercan a la Casa del Reloj. “Al principio era para los niños, luego comenzamos a darlos a los mayores y este año ampliaremos el homenaje a los abuelos, a los que visitaremos en algunas residencias. Ellos también se merecen ser distinguidos con un símbolo tan festivo”, explica Chente González, presidente de la Orden.

Estos caballeros también son los encargados de acompañar a la imagen de Santiago cada 25 de julio. Al punto de la mañana y acompañados por la Comparsa de Gigantes y Cabezudos y la Banda Municipal de Música, pasean la figura de este santo -patrón de caballería- por las calles de Tudela. Se trata de un acto muy vistoso, que este año, como novedad, contará con la participación de varios personajes ataviados con ropa antigua de la realeza y guardia tudelana, toda ella perteneciente al colectivo Sánchez Montes.

Si todos sus actos son multitudinarios, hay uno que destaca sobre el resto: la gigantada, que este año celebra su XXXII edición. Bajo el nombre “Navarra, Tierra de Gigantes”, esta entidad cogrega cada día grande de las fiestas de Santa Ana a más de medio centenar de estos personajes de cartón piedra. Tras ser recibidos en la antigua plaza de la Estación, recorren la Avenida Zaragoza y las calles Verjas, Portal y Caldederos hasta llegar a la plaza de San Nicolás, donde se unen a la Patrona cada 26 de julio durante su paseo por el casco antiguo de Tudela.

Al término de la procesión, la plaza de los Fueros se convierte en un improvisado escenario en el que estos bailarines obsequian a los cientos de tudelanos que se congregan a su alrededor con varios dances populares.

Conscientes de la vistosidad y colorido que aportan a las fiestas, los miembros de la Orden del Volatín tratan de mejorar cada año el acto. “Intentamos que no decaiga el encuentro y que el número de gigantes se mantenga en setenta, aunque cada año es más difícil”.

La principal dificultad con la que se encuentran estos caballeros es la de contar con comparsas si el día de Santa Ana no coincide con el fin de semana. “En el resto de localidades es día de trabajo, por lo que se eleva el gasto de traerlos hasta Tudela ya que hay que compensar económicamente la pérdida de un día laboral”, explica el presidente de la Orden. Por este motivo, no descartan abrir la concentración a otras localidades que no sean navarras y que tengan mayor cercanía con la capital ribera. “Aunque el encuentro responda al nombre de la Comunidad, no tenemos inconveniente en que se incorporen las comparsas de ciudades próximas como Tarazona, Ejea, Alfaro o Tauste. Si los de la provincia nos ponen pegas, ¿por qué no vamos a contar con ellos?”, apunta González.