Tudela

La Mejana de la actualidad

1240992465.jpg

Fue en el año 1760 cuando el Consejo de Navarra aprobó las Ordenanzas para poner en cultivo la zona hoy conocida como la Mejana, que anteriormente había sido destinada para pastos y para carnicería pública. Esa decisión, cuyo primer intento ya se llevó a cabo en 1666, produjo una de las mejores tierras para la producción agrícola gracias a los limos dejados por el río Ebro, el cual ocupaba todo ese terreno. De hecho, el propio puente refleja que las aguas venían rectas por los montes de Sta. Cruz y Sta. Bárbara.

Durante muchos años la economía agraría de los tudelanos ha estado fundamentada en los cultivos de esta pequeña extensión microparcelada y origen de exquisitas verduras. Sin embargo, la tendencia actual de grandes fincas y grandes producciones que produzcan los beneficios necesarios para poder vivir de ellos ha relegado a la Mejana a pequeños huertos de ocio, en los que, eso sí, no faltan las verduras.

Las verduras

Ese es el caso de Francisco Zugasti Echeberría, quien a sus 77 años dedica el tiempo de su jubilación (y ya van 10 años) a ocuparse de su pequeño terreno que tiene una extensión de robo y medio. “Para mí es como un hobby. Me vengo aquí a las 8 de la mañana y no vuelvo a casa hasta la hora de comer”, indica. “De chaval ya me tocó trabajar en el campo, así que algo de idea ya tenía”, añade. Aunque reconoce que en esto “siempre estás aprendiendo, nunca hay nada seguro”. Su compañero de finca, José Villafranca Arribas, más conocido como “Pitito” va aún más allá. “Hay un dicho que dice que el que no vale para nada, para el campo. Pero el que no sabe tampoco vale”.

Visitas guiadas

A pesar de esta “perdida” de la Mejana, los tudelanos y forasteros pueden seguir degustando sus productos ya que son muchos los que venden sus pequeñas producciones a las verdulerías de la capital ribera. “Siempre vendes algo porque también hay que sacar para los abonos y los insecticidas que valen mucho. Aunque la mayoría de las veces hago trueques con amistades”, asegura Zugasti, quien en estos momentos tiene ajos, cebollas, ajos tiernos, patatas y lechugas.

A pesar de ser un hobby, el trabajo en el campo sigue siendo algo muy duro. “Para trabajar el campo se necesita juventud y máquinas. Además de un terreno más grande para poder trabajarlo eficientemente”. La climatología es otro de los factores que endurece la profesión y, aunque, a pequeña escala, Zugasti también lo nota. “El otro día puse algo de tomate, con algo de abrigo, pero lleva 20 días y está igual que el primero. Es tontería poner nada con estos vientos”. Sin embargo estas verduras algo tendrán para que afirme que a él “le gustan todas, hasta su olor”.

De este cambio tampoco es ajeno José Ibarra León, de 56 años. “Es una de las mejores zonas para cultivar, pero también está muy bien para que la gente venga hasta sus huertos andando, y la verdad es que al campo ya no se dedica casi nadie. La agricultura en Tudela se compone de fincas muy grandes para poder comer, si no... Hortelanos van quedando cuatro”.