Aunque la lluvia que cayó sobre Fitero el sábado por la mañana obligó a trasladar la celebración de su ubicación habitual a orillas del Alhama hasta el Frontón Municipal, la fiesta del Barranco que cada año celebra la localidad ribera volvió a ser multitudinaria.
A las siete de la tarde, más de 800 vecinos cumplieron con esta tradición cuyo origen se remonta siglos atrás y que gira en torno a una suculenta merienda a base de un rico y antiguo manjar: la empanada. Compuesta por huevo duro, trozos de chorizo, conejo y ajos tiernos, y realizada con una masa de pan con aceite, el secreto de su elaboración se mantiene vivo de generación en generación. La jornada, en la que no faltaron los populares corrillos para participar en el juego de las chapas -actividad que mueve ingentes cantidades de dinero y que continuó por la noche en el Casino-, fue amenizada por la Banda Municipal de Fitero
