La intervención precoz es clave en la evolución de los pacientes con enfermedades mentales graves, un problema que afecta hasta a un 7% de la población en algún momento de su vida.
En el primer año de evolución del trastorno mental el paciente y el médico se la juegan. De ahí que la detección precoz sea esencial pero también un correcto diagnóstico para aplicar el tratamiento adecuado.
Los trastornos mentales graves (desde esquizofrenia hasta psicosis o trastorno bipolar) no han aumentando. Por contra, sí son más evidentes las carencias en la atención ya que hay pacientes que la necesitan mucho tiempo.
Un tercio de los pacientes se curan y otro tercio no, aunque pueden llevar una vida relativamente normal con apoyo. El resto son pacientes que requieren asistencia intensiva específica, aunque no sea necesariamente hospitalaria.
Los expertos del Hospital Virgen del Camino resaltan que un paciente que no está bien diagnosticado difícilmente puede estar bien tratado. Y no siempre es fácil el diagnóstico certero en un primer momento. Además, los pacientes llegan al especialista cada vez con menos tiempo de evolución.
Las causas de estos trastornos son una combinación de factores genéticos y ambientales. Así, tener antecedentes familiares es un factor de riesgo muy importante, pero también influyen los acontecimientos vitales de cada persona así como determinadas prácticas, como el consumo de drogas en edades precoces.
