Tal y como es la tradición de hace siglos, la Hermandad de Ballesteros de la Santa Cruz de Cintruénigo celebraba el pasado domingo de Pascua su Junta general, para determinar las actividades a realizar el próximo 3 de mayo, fiesta en la que salen a desfilar por la población con su típica indumentaria con gorro, capa y sable. Primeramente por parte del secretario de la hermandad Ángel Rincón, que estaba junto a los mandos Pedro Chivite Fernández, como capitán, Juan Carlos Gómez Sesma, como teniente, José Luis Pérez Garbayo como alférez, y Santiago Rández Sesma, como sargento, se procedía a pasar lista. Los ausentes, si no justifican su no asistencia, recibirán una multa de dos euros, y si tienen algún cargo será el doble.
Tras este acto protocolario los miembros de la hermandad, servidos por los cinco mayorales de turno, procedían aprobar 20 kilos de aceitunas majadas, de las que consumirán 40 el día de la fiesta. Asimismo comprobaron la calidad de las alubias blancas que serán el plato principal y único de la comida del 3 de mayo. Posteriormente el secretario daba cuenta de las bajas y nuevas incorporaciones a esta Hermandad religioso militar que cuenta con 60 miembros. Las bajas fueron Joaquín Alfaro, por defunción, ocupando su puesto su yerno Rubén Lacarra; a su vez Federico Ayala dejaba su puesto a su yerno Álvaro Fernández y, la Junta general tras tres años sin acudir a los actos, decidía dar la baja a Jesús Garbayo Fernández entrando en su lugar Javier Chivite Navascués, que se encontraba en lista de espera. Finalmente el capitán de la hermandad daba algunas recomendaciones para el día de la fiesta señalando la seriedad de los actos recomendando uniformidad.
