Tarazona

La faceta más sobria de la primavera

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Prenda destacada

Los colores ácidos que destacaron en los meses de calor del año pasado y que seguirán estando presentes en algunas colecciones, dejarán paso a un efecto cromático más relajado. Beiges, grises y blancos impolutos van a ser los colores más destacados esta próxima temporada en la ropa masculina.


Los inicios primaverales nos revelan así su faceta más sobria desde hace años. El estilo, las formas y el corte se relajan, mostrando el lado más minimalista de los diseñadoreas. Al hilo de esta austeridad, el azul oscuro y el marrón se convierten en colores básicos a la hora de colorear la indumentaria del hombre. Sin embargo, con la subida de las temperaturas, el blanco será el rey por excelencia. Se apuesta de esta manera por un look impoluto de pies a cabeza que reduce el tallaje de toda el vestuario y busca piezas denominadas “preppy” como los polos o las deportivas blancas.


Dentro de esta tendencia, las rayas, tanto en camisetas como en jerséis, van a dar mucho que hablar. Además de los tradicionales colores marineros, el azul y el blanco, las rayas mezclarán todo tipo de tonalidades claras: amarillos, marrones, azules y rosas.

Look de niño bueno

Los bermudas y los pantalones piratas volverán a destacar por encima de otras prendas. El corte tiende a su versión más intermedia. Los diseñadores se inspiran en los exploradores modernos y rescatan la bermuda abombachada y la figura “oversized”. Este estilo, que recuerda a los calzones de los boxeadores, es el más adecuado para los que se agobian con las altas temperaturas y que buscan, ante todo, la comodidad. La versión vaquera desgastada o con matices desteñidos será otra seña temporal. Aunque todo cabe en cuestión de tendencias y la estrechez también obtiene su espacio, al igual que las prendas similares a pijamas. El súmmum de las prendas cómodas: como en casa, pero en la calle. Los pantalones pirata se combinan este año, además de con las camisetas marineras, con chalecos y T-shirts en tonos arena, rebecas de punto y chalecos de vestir.

Vamos a la playa...

Los más decididos pueden optar por el look de niño bueno y empollón. Se distingue por su amor a las pajaritas y los cuellos de pico, junto a las gafas de pasta negra; pero con un aire desenfadado, inspirado en los novatos universitarios, de entre los años 70 y 80.


Siguiendo esta línea de atrevimiento y riesgo las transparencias, casi invisibles, también encuentran su lugar en las diversas propuestas de los dictadores de la moda. Algunos incluso muestran camisetas de tirantes bajo impecables camisas blancas, un guiño al estilo de vestir de nuestros abuelos.


Tal y como hemos comentado antes, la explosión acid no desaparece con tanta facilidad. Algunos le buscan la vuelta y se fijan en los colores neón, primarios, pero al límite. Los tejidos surferos como el nailon, el acetato y el neopreno son idóneos para que el hot pink, el acid green o el fluoro orange destaquen al máximo. Este colorido aparece también en los accesorios y complementos. La mejor manera de revitalizar un traje clásico o un conjunto básico es añadir algún detalle de color en zapatos, corbata, pañuelo o sombrero.

¿Calor y cuero?

La moda baño se inspira este año en el atuendo de los pioneros surfistas de las playas de Biarritz de los años 60. Se trata de una vuelta a lo retro: cortos y ajustados, bien con estampados, bien con intensos colores. Esta misma tendencia se ha apropiado de la moda deportiva: el polo, el short y el jersey de pico es el trío ganador.