Tudela

La eterna lucha de las tallas grandes

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Muchas firmas sí que disponían de un apartadito especial para estas tallas grandes, con escasos diseños y bien diferenciados del resto de exiguas tallas, que llamaban “normales”, y que eran las que podían marcar tendencia. Mientras que a las tallas grandes no se les daba el derecho de estar presentes en los desfiles de mayor prestigio.

La mayoría de las veces los fabricantes o mayoristas las ofrecían a los minoristas con especial pudor o, lo que es peor, con el típico y desalmado chistecito de gordas que no hace ni pizca de gracia aunque no lo estés.

Todo esto era consecuencia de que a las tallas grandes se les negó durante años que entraran en el sacrosanto perímetro de la moda, y por tanto el derecho a muchas jóvenes a ir a la moda y de marcar tendencia si rebasaban la idílica talla 36 (lo intentaron con la 34).

Hacía muchos años antes que, la idea de incluir en las grandes pasarelas de moda a estas tallas extra, rondaba por la cabeza de muchas firmas, que no negaban la evidencia de la tendencia al alza de estas tallas entre las mujeres europeas que unido a la realidad del aumento en las ventas de las tallas extra forzó a dar el paso.

Fue a partir de 2005 cuando estas tallas desafiaron a la moda, en la pasarela de Milán. Si añadimos que el acto de clausura de 2006, le fue encargado a la firma Elena Miró, del Grupo Miroglio, de donde partió la iniciativa y algo por lo que venían apostando desde hacía mucho tiempo es cuando realmente se tomó en serio un desfile de estas tallas.

La polémica de incluir o no a la prestigiosa firma italiana en la pasarela de Milán se sirve cada año. Por ejemplo, en 2010 se dio un paso atrás en este sentido y se le excluyó de plano del global escaparte de Milán, cuando en 2007 abrió el evento.

Las pobres razones a las que recurrió la Cámara italiana de moda en 2010 fueron que su decisión se debía a “mantener alta la imagen de la creatividad y el estilo del “prêt-á-porter”.

En septiembre de 2011 se volvió a readmitir a la firma Elena Miró en la prestigiosa pasarela donde presentó un avance de las tendencias para este verano de 2012 con sus clásicas modelos llenas de curvas, como las mujeres reales.

Y aunque pueda parecer que hablamos de algo intrascendente, tan sólo de moda, la readmisión de Elena Miró en Milán ha sido una buena noticia. Es un logro que nos sirve de arma para luchar contra ese mundo irreal de delgadas que nos llevan vendiendo durante décadas y que es la causa directa de que muchos de los jóvenes padezcan graves trastornos alimentarios irreversibles.