Frida Kahlo, como los Chaplin, Elvis, Marylin Monroe o la misma Jane Birkin, también ha sido objeto de la ‘iconización’ de la industria de la moda. Es un buen tirón y el sector no es ajeno a esa realidad. Su personaje ha servido de inspiración para crear tendencia con camisetas con su fotografía. Y alejándonos un poco de su persona pero con el mismo factor artístico, han surgido estampados inspirados en su estética esnobista y siempre con referencias a su país, México.
Sin embargo, el gusto de la emblemática pintora por la belleza diferente, las telas coloridas y las flores, ha ido mucho más allá y ha calado en la sociedad, haciendo creer a todo el mundo que solo basta actitud para convertirse en el ser más estiloso e inspirador del planeta. En eso consiste la moda étnica; en una tendencia pero, en el fondo, en un modo de vida. Son vestidos repletos de capas, con estampados basados en trajes regionales o coronas de flores en la cabeza. Es por eso que han aparecido diseñadores que triunfan en la atmósfera ‘fashion’ con este tipo de elementos: un vestido étnico, mucho colorido y buena calidad.
Es el caso de Vita Kin, una diseñadora ucraniana que ha llegado a la cima creando para las musas de la moda vestidos inspirados en la camisa tradicional de su país, llamada “vyshyvanka”. Sí, es cierto, como si alguien le diera una vuelta a la vestimenta del pamplonica y las ‘it girls’ más cotizadas pagaran miles de euros por llevar la fajica y el pañuelo rojo. Es cierto que su belleza radica en sus bordados y la calidad de sus telas y que, de hecho, una servidora sueña con tener uno de esos vestidos. Increíble pero cierto, nos vamos unos años o siglos hacia atrás y ponemos en valor el traje regional, justo al mismo tiempo en el que la gran Frida Kahlo vuelve a resurgir de entre las cenizas para deleitarnos con vestidos de ensueño. ¿Será casualidad que de pronto reviva el folclore en la moda?
Clara Alegría
Periodista de moda
