El Plan de Manejo de la Cigüeña Blanca en la Colegiata de San Miguel puso la semana pasada en marcha su tercera fase. Ayudados de una gran grúa, los operarios de la empresa especializada en trabajos en patrimonio Construcciones Alfaro comenzaron los trabajos de limpieza de vegetación sobre la fachada y las paredes del templo, de retirada de nidos de las zonas peligrosas por riesgo de caída o por daño a la estructura del edificio en torres, espadaña, pináculos y de recolocación de de otros en las parrillas acondicionadas en los lugares adecuados de sus 3.000 metros cuadrados de cubierta.
Estructuradas sus actuaciones del 2013 al 2016 con una inversión de 99.590 euros a cargo de la Dirección General de Medio Natural del Gobierno de La Rioja, este Plan de Manejo busca garantizar el equilibrio entre la conservación del tesoro patrimonial alfareño que supone la Colegiata de San Miguel, declarada monumento nacional en 1976, y la presencia de la mayor colonia de cigüeña blanca del mundo sobre un mismo edificio, una de las referencias turísticas de loa localidad.
“Esta tercera fase es la actuación más importante del Plan”, explica la alcaldesa Yolanda Preciado. Aprovechando la época de migración a tierras cálidas del sur de sus inquilinas, la torre izquierda ha vuelto a quedar limpia mientras que la del reloj ha visto colocar pastores eléctricos y mallas para evitar que las zancudas aniden de nuevo en sus salientes. Además, han quedado reubicados dieciséis nidos en parrillas. “El objetivo del plan es que la Colegiata quede con alrededor de 90 nidos –explica Guadalupe López, concejala de Medio Ambiente-. Para el resto, tenemos que reeducarlas y redirigirlas a los acondicionados en los Pantanos de La Molineta, en Tambarría o en los Sotos del Ebro, para lo que les llevan los nidos hasta allá”.
