Este domingo llegó al fin uno de los momentos que los alfareños llevaban mucho tiempo esperando, en concreto 88 meses: la Colegiata de San Miguel volvió a abrir sus puertas al culto después de vivir su restauración y, tras ésta, la celebración de la feliz exposición La Rioja Tierra Abierta-La Fiesta Barroca.
Cientos de vecinos llenaron la nave central y sus capillas anexas en una eucaristía que presidió el obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Juan José Omella, junto a los sacerdotes destinados en la localidad. Recordando el 8 de septiembre del 2004, en la celebración de la patrona de la localidad, la Virgen del Burgo, los alfareños vivieron este 8 de enero del 2011 como un día histórico, como la culminación de la salvación de su monumento nacional, imagen característica de la ciudad.
Antes del inicio de la misa, la mayoría pasearon por sus pasillos y contemplaron el resultado de la restauración y lo que todavía queda por hacer, sobre todo en algunas de las capillas. La mayoría están limpias y acicaladas, pero los sacerdotes ya han comentado que queda mucho por hacer, como acondicionar la que tendrá San Ezequiel, ultimar la de la pila bautismal o preparar las cuatro peanas para los evangelistas –solo está en su lugar sobre uno de los pilares San Marcos-. Además, la Colegiata estrenó los 50 nuevos bancos donados por los Amigos de San Miguel, que también han destinado una partida a arreglar el sistema de campanas.
Con esta reapertura, la parroquia pone la Colegiata a disposición de los vecinos, para bautizos, bodas, entierros, celebraciones de cofradías, etc. Pero durante el invierno, y dado que los informes técnicos desaconsejaron la instalación de calefacción para evitar que la condensación genere más humedad, las misas en días laborales y las de 12.30 de los domingos continuarán en la iglesia del Burgo y San Miguel acogerá la de las 19.00 de los sábados.
