Tudela

La Catedral: escenario de las fiestas

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Tres días intensos

Considerada por muchos como la gran desconocida de las Catedrales españolas, la Seo de Santa María guarda en su interior, junto a innumerables obras de arte, vestigios del acontecer de una ciudad que, siglos atrás, se caracterizó por su multiculturalidad. Su construcción se inició en 1168 sobre los restos de una antigua mezquita, terminándose avanzado el siglo XIII. Desde entonces, la propia Seo y la plaza en que está enclavada, se han convertido en punto de encuentro de la ciudad. Y, como no podía ser menos, en multitudinario escenario de las fiestas que Tudela celebra en honor de Santa Ana. Y es que la Patrona, objeto de la mayoría de ellos, también tiene su morada en la Catedral. Un templo que, tras permanecer cerrado al culto durante más de cuatro años, reabrió sus puertas por todo lo alto el 15 de julio del pasado año.

Así, luciendo en todo su esplendor, se enfrentó a la mayor de las pruebas de fuego: la aceptación de los tudelanos, coincidiendo con el inicio de uno de los actos más populares de los que es testigo: la Novena de Santa Ana. Este año, este mismo acto volverá a dar el pistoletazo de salida a todos los que se desarrollan en la Catedral. Precisamente, resulta curioso el hecho de que todos ellos se concentren durante los tres primeros días de fiestas, los únicos que antaño componían el calendario festivo de Santa Ana.

Coincidiendo con el comienzo de las fiestas, el día 24 la Seo se quedará pequeña para acoger la celebración de la última Novena, a la que no faltan ni los gigantes de Tudela. Un acto, amenizado por el coro Joaquín-Gaztambide, que los tudelanos viven con especial intensidad y que ha recuperado su tradicional escenario tras celebrarse durante cuatro años en San Jorge, devolviéndole así la sobriedad y elegancia que lo hacen único.

Poco después, los miembros de la peña La Jota vestirán de fiesta a la Patrona con la imposición del pañuelo rojo en la Reja de la Capilla de Santa Ana. Un acto que se desarrolla en el exterior del templo -en la Plaza Vieja- y que, junto a los dos niños que se encargan de hacer la ofrenda a la Patrona, tiene como protagonista a la verja de hierro de la capilla que alberga a la Santa. Tras varios años anudando un pañuelo a las andas que portan la imagen, el acto volverá a sus orígenes y los dos pequeños deberán encaramarse de nuevo a las alturas para cumplir su cometido.

Y la fiesta continuará el día 25 con la popular ofrenda floral a Santa Ana que cada año organiza la peña La Teba. Tras un pequeño desfile por las calles de Tudela, cientos de personas accederán al templo por la puerta Norte, la llamada de Santa María, e inundarán la nave de ramos de flores que serán entregados a la Patrona como señal de ofrenda. Los niños cobran un especial protagonismo en este acto en el que la Catedral se llena de color.