Tudela

La cantera de la danza

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Primeros pasos

A punto de cumplir sus 45 años, el grupo municipal de danzas de Tudela se encuentra en plena forma y continua apostando firmemente por mantener la tradición y el folclore de la zona.


En la actualidad, este colectivo lo integran más de un centenar de personas, entre danzaris y músicos, y de ellos algo menos de la mitad son los pequeños de la escuela de danza para niños. “Lo cierto es que no nos podemos quejar, -afirma Anichu Agüera, directora del grupo- porque afortunadamente tenemos una buena cantera para continuar muchos años más con el grupo de danzas, aunque siempre hay una edad problemática entre los 14 y los 16 años en la que algunos dejan el grupo, mientras que otros deciden quedarse”. Gracias a estos pequeños parece que, por el momento, las danzas tradicionales en la capital ribera tienen su fututo asegurado. Sin embargo, tal como apunta una de las monitoras de la escuela, Paula Lacarra, “toda la gente que quiera apuntase al grupo es siempre bienvenida, tengan la edad que tengan, y sobre todo los chicos, porque son los que menos se animan a bailar y siempre tenemos en los grupos muchos menos que chicas”.


Precisamente, Paula Lacarra se hace cargo junto a Amanda Pastor de los ensayos del grupo de las chicas más pequeñas, 20 niñas que no superan los 10 años. Y junto a ellas también dan clases en esta escuela de danzas de Tudela Virginia Clemos, que se encarga de otras 14 niñas más mayores y Miguel Gaset, que dirige el único grupo masculino, formado en la actualidad por 12 niños. Todos ellos ensayan desde el mes de octubre hasta junio, cada viernes en una de las aulas de Castel-Ruiz, durante al menos una hora y media.

Aunque los niños siempre captan la información más rápido que los adultos, es importante que sus primeros contactos con el mundo de las danzas tradicionales sean seguros, para que puedan aprender una buena base que les sirva en su futura trayectoria como danzaris. Por ello, como señala Anichu Agüera, “lo que solemos hacer al principio es enseñarles danzas de juego para iniciarlos y que no se cansen pronto. También se les enseña lo que es la convivencia entre ellos, los punteos, cómo calentar de forma adecuada y, en general, una buena base que les ayudará a ser mejores danzaris cuando sean adultos”.

Los ensayos

En este sentido, la directora del grupo también asegura que “ahora tenemos una ventaja con respecto a hace unos años, y es que muchos de los niños de la escuela de danza también toman clases en la escuela de música y eso les ayuda a desarrollar el oído y el sentido del ritmo, algo que facilita mucho su aprendizaje porque para bailar bien no sólo es necesario saber mover los pies”.

Innovación

Las clases comienzan haciendo ejercicios de estiramiento y calentamiento para evitar posible problemas musculares, porque no hay que olvidar que la danza también es un deporte. Posteriormente, se ensayan los pasos base de cada baile “al principio siempre sin música, aunque les cantas para que vayan cogiendo oído, y después cuando ya tienen el baile montado se ensaya ya con música” explica Paula Lacarra. Generalmente, los profesores que enseñan a los más pequeños intentan sacar al menos dos o tres bailes al año, para que los muestren en público en la cabalgata y también en el festival de fin de curso en Castel-Ruiz. Y entre estas coreografías siempre hay alguna en la que se emplea algún objeto, como los arcos o los palos ya que, tal como asegura Paula Lacarra, “lo que más les gusta es llevar cosas en la mano. Les encanta y, además, normalmente están más pendientes del arco o de lo que lleven que del baile en sí”.


Algo con lo que también disfrutan mucho los integrantes más pequeños del grupo municipal de danzas es con las actuaciones delante del público, en las que pueden demostrar a sus familiares y amigos todo lo que han aprendido durante las clases. “La verdad es que da gusto verles actuar porque aunque se equivoquen en algún paso los niños van siempre con una sonrisa de oreja a oreja y eso es lo más importante para un danzari, que el público vea que disfrutas y sientes lo que haces”, destaca Agüera.