Desde que este peraltés tuviera su oportunidad de negocio han pasado casi 35 años, en los que la toma de decisiones correctas, el acierto en las inversiones y el trabajo comercial han hecho posible que Tafame siga creciendo.
José Mª tuvo sus comienzos a los 14 años, al igual que otros jóvenes de entonces. Fue a su vuelta de la mili, en 1978, cuando no desaprovechó la primera oportunidad que le brindó su jefe de la herrería en la que trabajaba, para formar sociedad junto a él y otro compañero.
Pero a los dos años sus miras cambiaron y vio que eran demasiados socios en la empresa, su intento de comprarla le hizo buscarse la vida y consiguió que una entidad bancaria le apoyase con dos millones de pesetas para su proyecto y abrió su primer negocio en solitario y nació Tafame.
En un primer momento sus trabajos se centraron con la empresa Azkoyen de Peralta, aunque siempre estudiando el mercado para aumentar su negocio y diversificar la demanda para no depender de una sola empresa, que puede convertir su negocio en el suyo.
Así hasta hacerse con una saneada cartera de clientes de importancia y que también contribuyen a que su empresa siga creciendo por las exportaciones.
La clave del éxito confiesa José Mª está "en el trabajo, el esfuerzo, en el servicio, el precio por supuesto, que tiene que ir por delante y en vez de llevarte el dinero en casa pues invertirlo en la empresa, es lo que yo he hecho y ahora tengo una señora empresa".
Confiesa que en sus comienzos trabajaba sábados y domingos, y que no ha podido disfrutar como le hubiera gustado de su hijo mayor; pero ahora puede tomarse las cosas de otra manera. Su reto fundamental es ser como es y vivir como vive ahora de forma sencilla.
