Tudela

José Mª Iribarren: cien años de un tudelano ilustre

1162281985.jpg

En una casa ubicada en la tudelana plaza de San Jaime nació un 31 de octubre del año 1910 el abogado, periodista, lexicógrafo, paremiólogo (refranero) y escritor José Mª Iribarren. Tras estudiar el bachiller en el colegio de Jesuitas pasó a estudiar a la Universidad de Deusto (Bilbao) donde acabó la carrera de Derecho. Sería en Madrid donde ejercería la abogacía entre los años 1927 y 1931, a la vez que estudiaba Filosofía y Letras. A su vuelta a su ciudad natal fundó el semanario "Navarra" (1932) y compartió despacho con su hermano hasta la sublevación militar de 1936, en que fue requerido por el general Mola como su secretario particular.

Iribarren hoy

Tras esta etapa, Iribarren se dedicó a escribir. “Su verdadera vocación era la de escritor, escritor de cosas que le llenaban, cosas próximas de su tierra navarra”, señala el historiador Esteban Orta. Y fue precisamente esta pasión la “culpable” de que hoy contemos con un gran número de obras en las que el lenguaje y el costumbrismo ribero son las protagonistas. “La obra de Iribarren destaca por dos aspectos. El primero, el filológico, con obras como El Vocabulario Navarro, Adicciones y El porqué de los dichos; para luego pasar a tratar un léxico más coloquial, popular y peculiar como el de su anecdotario Batiburrillo Navarro”, explica Julio Segura, quien recuerda sus encuentros con Iribarren en la facultad de Zaragoza. “Fui alumno de Francisco Indurain, un profesor de lengua de la universidad de Zaragoza que valoraba muchísimo a Iribarren y algunas veces éste acudía a dar clase. Ese día, los tudelanos no faltábamos, porque sus doctrinas resultaban muy amenas con las escenas costumbristas que contaba, dejando de lado el peso doctrinal de la universidad”, recuerda el archivero municipal.

José María Iribarren falleció en Pamplona el 11 de junio de 1971. En la actualidad, una calle y un busto -erigido en 1972- recuerdan el buen hacer de este tudelano, nombrado Hijo Predilecto de su ciudad, que dio a conocer el habla y las costumbres de su tierra por todo el mundo. “Al final sólo vemos esa calle y ese monumento y olvidamos la profundidad de su persona. Por eso, es bueno que le rindan homenaje, porque, indudablemente, es un tudelano de proyección universal”, matizó Julio Segura. Y eso es lo que ha hecho Tudela los días 30 y 31 de octubre. A través de dos meses redondas, varias personalidades tudelanas trataron de acercar al público diferentes aspectos de la obra de Iribarren. Pero, sin lugar a dudas, el acto más emotivo fue el homenaje que se realizó el día 31 a los pies del monumento que recuerda su personas y que se encuentra ubicado en la calle Yanguas y Miranda.