Los alfareños se sobrecogieron en la madrugada del jueves 20 de julio, cuando se dio la voz de alarma: el chapitel de la torre norte de la Colegiata de San Miguel, el monumento más emblemático de la localidad, estaba ardiendo.
Despliegue de Efectivos
En el marco de una hercúlea tormenta que dejó sin luz a la localidad en la noche del miércoles, el impacto de un rayo en la torre norte de la iglesia a las 23.00 horas provocaba el incendio. Ese rayo provocaba una combustión interna en los maderos que soportaban el chapitel. Y no fue hasta cuatro horas después cuando, tras esa lenta combustión, el fuego se avivó, calcinando todo el chapitel y poniendo en peligro al resto del templo.
Bomberos de Tudela, Calahorra, Arnedo y Logroño se apostaron bajo la iglesia intentando alcanzar el fuego, que no quedó extinguidos hasta las 9.30 de la mañana, dejando una dramática estampa: una torre huérfana de su chapitel, siete cigüeñas muertas y algunos daños en las viviendas vecinas. Con todo, los primeros informes arquitectónicos aseveraban que la estructura del templo no había sido afectado.
Se ha asegurado la Torre
Cientos de vecinos asistieron sobrecogidos a estas horas, en las que se sucedieron las visitas de autoridades políticas y técnicos locales, regionales y nacionales. Ante el sobrecogimiento que recorrió a los alfareños, los compromisos políticos no tardaron. El Ministerio de Vivienda incluirá la reconstrucción de la torre dentro de la reforma integral con la que está recuperando su interior, cubiertas y humedades.
