Tudela

Hidratación y refrescos para combatir el otoño

Durante los primeros días de adaptación a las nuevas pautas horarias y lumínicas del otoño, suele ser habitual la sensación de decaimiento, desorientación y somnolencia. Si a esta alteración en nuestros biorritmos se suma la considerable reducción en la ingesta diaria de líquidos, asociada a la bajada de las temperaturas, los efectos de debilidad y cansancio se acentúan irremediablemente.



Según los expertos, está demostrado que cualquier cambio horario puede provocar trastornos en el sueño y el apetito, de manera especial en niños y ancianos. Las horas de luz se reducen y las bajas temperaturas hacen acto de presencia y dictan hábitos no sólo en las prendas que llenan nuestros armarios, sino también en nuestras pautas de conducta y hábitos de alimentación y sueño.



Sin embargo, las necesidades de hidratación permanecen intactas en nuestro organismo, independientemente de la estación en la que nos encontremos. La ingesta diaria recomendada es de 2 a 2,5 litros de líquido, incluyendo variedad de bebidas como agua, refrescos, zumos, o infusiones. Esta cantidad media, se debe incrementar cuando aumentan las pérdidas por actividad física, condiciones ambientales, etc.



Junto a una alimentación equilibrada y a la práctica de actividad física moderada, la ingesta de bebidas refrescantes resulta una opción muy apetecible para superar los síntomas de decaimiento, desánimo que acompaña a la llegada del frío y la reducción de horas de luz con el cambio de hora.