El clima desfavorable y la atípica situación que vive actualmente el Consistorio de Murchante ha llevado a los dos grupos de la oposición (PSN Y GPM), hasta ahora ferozmente enfrentados, a enterrar el hacha de guerra e iniciar una toma de contacto que podría desembocar en fructíferos acuerdos. Todo, en pro del desbloqueo del gobierno municipal, en manos del regionalista Carlos Villafranca, quien ha agotado por completo la lista de candidatos con la que concurrió a las pasadas elecciones viéndose obligado su partido a recurrir a alguien de fuera (el ex edil de Tudela I. Pérez Garde) para completar el equipo.
Cabe recordar que, antes de las elecciones, todo hacía presagiar que se mantendría el pacto de gobierno entre UPN y GPM con el que se gobernó Murchante de 2003 a 2007. El único requisito necesario era un acuerdo escrito entre ambas partes, que recogiera las obligaciones de cada grupo. Un acuerdo que nunca llegó, según GPM, “porque al resultar UPN la lista más votada, empezaron con su juego de mayorías, aprovechando también el hecho de que entre GPM y PSN era inviable cualquier entendimiento”.
Así, según indicó el portavoz de GPM, Julián Mediavilla, “frente a la voluntad que nosotros mostrábamos, el alcalde se iba distanciando más, también de los ediles del PSN, hasta el punto de llegar a incumplir la legalidad”. Una tesitura que, según mantienen, ha seguido así hasta el momento actual en que los dos grupos de la oposición coinciden en tachar la gestión municipal de “nefasta” y “desastrosa”.
Entre otras cosas, desde GPM achacan al alcalde, Carlos Villafranca, la falta total de comunicación con el resto de ediles y el incumplimiento de la ley en lo relativo a plenos y sesiones. Aseguran también haberse enterado por la prensa de asuntos importantes como las últimas dimisiones en el seno de UPN y el relevo de Javier Caballero por Ignacio Pérez Garde. Unos hechos que han propiciado el acercamiento con el PSN, con cuyos concejales se reunieron la semana pasada y volverán a hacerlo este viernes día 27.
