Milagro

Fitero quiere evolucionar

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Fitero no es precisamente el mejor ejemplo de localidad industrial pese a que tampoco vive ajena a este tipo de actividad. Además, desde hace unos años, sin saber muy bien porqué, ha perdido su calidad de municipio turístico y lugar de vacaciones de vecinos de la zona norte principalmente. Ello, sin contar con la despoblación que le ha afectado en los últimos tiempos y que han colocado la media de edad en una cifra bastante alta. De todo esto y de algún aspecto más, como los muchos años que lleva gobernando la derecha, dieron su opinión los fiteranos, el día de la inauguración de “El Pontigo”, un proyecto que elogió la mayoría.

La fiterana Julia Calvo se expresaba así a la salida de misa: “Ahora parece que se está estabilizando un poco pero Fitero se estaba deshabitando. La gente joven se iba del pueblo al no haber industria. Aún así, se sigue echando en falta algo más de movimiento”.

Más oferta cultural

A juzgar por las estadísticas, esta vecina de la villa sabe de lo que habla. Al igual que a su convecino Álvaro Conde, de 39 años de edad, quien afirmaba que “Fitero se está haciendo mayor. Apenas hay gente joven, pero no sé la razón”. Según datos del INE, el índice de juventud de la población ribera descendió de 16,5% en 1975 a 9,8 en 2001. Por su parte, el número de habitantes también ha ido en ligero retroceso hasta estabilizarse en la actualidad en torno a los 2.200 habitantes. La inmigración ha favorecido este hecho, según los propios fiteranos.

Según el matrimonio formado por José Luis Herrero y Pilar Torrecilla, las necesidades de la villa fiterana son principalmente culturales. “Un pueblo muy turístico no es. Exceptuando los Baños y el Monasterio no tiene casi nada”, dice él. Para ella, “en cuestión cultural nada de nada”. Junto a ellos, Ricardo Sanz se mostraba más crítico con la gestión del Ayuntamiento y pedía que se instalen urinarios públicos en la plaza de San Raimundo.