Tudela

Fiestas sobre el escenario

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Levantarse a las siete de la mañana, reunirse con el resto de los componentes a las nueve, desplazarse hasta el punto de destino asegurándose de llegar tres horas antes de la actuación y, después, realizar las pruebas de sonido. Esta es la rutina que siguen los componentes de las orquestas musicales cuando comienza la temporada de verano. Y es que este tipo de grupos se recorren toda la geografía española realizando “bolos” en municipios de pequeños y diversas características.

Es el caso de la tudelana Itziar Irujo, que recientemente ha entrado a formar parte de una de las orquestas de las que más se oye hablar en todo el norte de España: La Orquesta Xanadú. Cada vez que van a un sitio distinto, esta cantante tiene muy claro que “hay que impregnarse del ambiente que allí se vive para luego poder transmitirlo en el escenario”.

Sin embargo, en muchas de las ocasiones estas orquestas tienen que dar hasta tres pases en el mismo día y en el mismo lugar. Por ello, generalmente cada contrato consta de “un concierto, una tarde y una noche” explica la cantante tudelana.

Los conciertos son lo que popularmente se conoce en los pueblos riberos como “café concierto”. Empiezan en torno a las cuatro de la tarde y suelen tener una hora y media de duración. “Los ritmos de un concierto suelen ser más calmados ya que la gente por lo general está sentada”, comenta Itziar.

Las tardes son aquellas actuaciones que tienen lugar en algún establecimiento de la localidad y que coinciden con el vermut de antes de la cena. “Empiezan sobre las ocho de la tarde y duran una hora y media. Aquí las canciones son un poco más variadas”, señala la vocal de Xanadú.

Sin embargo, la parte más dura del día para estos artistas es la noche, ya que en esta ocasión la actuación puede llegar a durar hasta cinco horas. “Tenemos que cambiarnos varias veces de traje y ampliar bastante el repertorio pues son muchas horas”. Además, dado la diversidad de público existente, que oscila entre los niños de 11 y 12 años hasta los mayores de 70, “tenemos que saber adaptarnos a los gustos de todos y hacer que el público se adapte también a nuestra selección tratando de hacerles partícipes del Show”, confiesa Irujo.

Sin tiempo para dormir

Una de las anécdotas más curiosas que recuerda esta cantante, debido a la diversidad de pueblos que visitan, es que, en algunos, apenas han contado con las condiciones mínimas. “Es bastante habitual ir a tocar a pueblos pequeños y al no disponer de baños, servicios o duchas para cambiarte, tener que hacerlo en la cabina del camión o en la caja de trasporte”.