El pueblo ribero de Cabanillas disfrutó, desde el viernes 26 hasta el domingo 28 de septiembre, de sus tradicionales fiestas de otoño, que conmemoran la figura de su patrón, San Roque, con un fin de semana en el que las calles se vuelven a teñir de blanco y rojo un mes después de los festejos de verano.
El viernes y el sábado, los principales actos los constituyeron las dianas, los almuerzos, los conciertos y los encierros con vaquillas, sin duda el gran atractivo para muchos vecinos y visitantes.
El día grande llegó el domingo, en el que las dianas tuvieron como protagonistas las notas de la banda de música de Murchante. Los gigantes locales, acompañados de los gaiteros de Cabanillas, partieron en pasacalles hasta el Ayuntamiento poco antes del mediodía. Tras la tradicional misa en honor al santo, en la que no faltó la corporación municipal y que contó con la actuación del coro parroquial, llegó el momento de la procesión.
Los porteadores fueron los quintos del año 1954, que trasladaron la imagen de San Roque desde la nueva iglesia hasta la antigua. La fiestas se cerraron con el concierto en la sala cultural de la tarde, el último encierro y el baile.
