Ribaforada

Excavaciones pioneras en Navarra de la maqbara de Ribaforada

En noviembre de 2019, en la calle Gayarre de Ribaforada, aparecieron una serie de restos óseos durante la realización de las obras de renovación de redes y pavimentación promovidas por el Ayuntamiento de Ribaforada y la Mancomunidad de Aguas del Moncayo. En ellas participaron los arqueólogos riberos Óscar Sola Torres y Juan José Bienes Torres que nos hablan de los descubrimientos hallados.
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photo_camera Mapa de la maqbara de la Ribaforada

La aparición de estos restos en el transcurso de los trabajos fue puesta en conocimiento de los técnicos de la Sección de Registro, Bienes Muebles y Arqueología del Gobierno de Navarra. Tras una visita de los técnicos al lugar, se estableció la necesidad de realizar una intervención arqueológica de urgencia sufragada por el Gobierno de Navarra. La intervención arqueológica se desarrolló entre el 15 de noviembre y el 12 de diciembre de 2019 y permitió descubrir la que, hasta la fecha, es la única maqbara (necrópolis musulmana) de ámbito rural descubierta y excavada en Navarra. En el ámbito urbano se han excavado tres: la de la Plaza del Castillo de Pamplona, las de Herrerías y Torre Monreal de Tudela. 

Los restos aparecidos corresponden a un antiguo cementerio hispanomusulmán utilizado por la población islámica de la actual Ribaforada entre los S.IX-XII/XIII. La necrópolis, registrada como yacimiento arqueológico, ha sido invadida por el crecimiento del casco urbano de Ribaforada. Por este motivo, con la construcción de viviendas desde mediados del S.XX en el entorno de la calle Gayarre y Príncipe de Viana, entre otras, se tiene conocimiento de la aparición de restos óseos en el transcurso de diversas obras. 

Desde 2019, hemos realizado dos campañas más, en 2020 y 2021, de excavación arqueológica promovidas por el Ayuntamiento de Ribaforada, con cofinanciación mediante convocatoria de subvenciones de la Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra. Además, se ha contado, con la colaboración de la asociación Acopahir (Asociación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Ribaforada). Con estas intervenciones se pretende conocer por un lado la extensión que ocupó la maqbara en su momento y, por otro, el área que se conserva de la misma. El planteamiento es ir realizando trabajos arqueológicos sobre un “área de cautela” en función de la disponibilidad de terrenos, bien por ser zonas donde hay suficiente superficie como para poder realizar sondeos o excavaciones, o bien por ser lugares en los que se tiene previsto realizar trabajos-obras urbanísticas (renovación de calles, viviendas, otros).

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Datos arqueológicos

Hasta la fecha se han descubierto y excavado 95 fosas de enterramiento. Los trabajos se han realizado en distintos puntos, como son parte de la calle Gayarre y los solares de Príncipe de Viana 18-20 y Gayarre 11. Todo ello representa una superficie conjunta de en torno a los 700 m2. 

Las sepulturas (fosas) están excavadas en terreno geológico (gravas-arcillas) sobre el que no existía ocupación anterior, por lo que cumple una de las directrices de la religión musulmana, la de procurar enterrar a sus miembros en terrenos “no contaminados-limpios” sin haber sido ocupados con anterioridad (en época romana, visigoda, etc). 

Las tipologías de enterramientos aparecidos forman parte de los tres modelos de fosas utilizados en los cementerios musulmanes, correspondiendo principalmente a las tipologías de fosa simple y fosa con subfosa. La tipología de fosa con covacha o nicho lateral apenas tiene representación.

Esta necrópolis pudo perdurar
tras la conquista cristiana de este territorio en 1119 d.C.”

Llama la atención una tipología de fosa con subfosa poco habitual, ya que presenta una hendidura a modo de ranura en los laterales, en la zona de contacto entre la fosa y la subfosa. Su función sería la de permitir colocar la cubierta interior (de madera u otro elemento de entramado vegetal) que separaría la subfosa, donde se depositaba el difunto, de la prefosa, que era rellenada con la tierra extraída al realizar la fosa.

Los cuerpos se encuentran depositados en el interior de la fosa, en posición de medio lado (decúbito lateral derecho) con la cabeza en dirección al suroeste, los pies al noreste y con la cara mirando al sureste, hacia la Meca, cumpliendo así los preceptos canónicos del ritual de enterramiento musulmán: De acuerdo con el ritual canónico, que se impuso paulatinamente, el entierro debía producirse tan pronto como fuera posible, generalmente dentro de las 24 horas posteriores a la muerte. El cadáver era cuidadosamente lavado, perfumado y amortajado con un número impar de telas limpias. Después, se le trasladaba al cementerio sobre unas angarillas o unas tablas y una vez allí los asistentes, en hileras ante el cuerpo del difunto, pronunciaban la oración fúnebre. El difunto era inhumado sin ataúd, con el rostro o con el cuerpo entero girado hacia La Meca. Idealmente, el cuerpo se protegía con tablones o lajas de piedra para que la tierra no cayera directamente sobre el mismo.”

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La mayor parte de los enterramientos han aparecido sin materiales o ajuares asociados, como es la norma mayoritaria y generalizada en el mundo musulmán, sin embargo, debemos señalar y destacar la aparición de elementos de ajuar en dos de las tumbas. Uno de los enterramientos portaba una moneda en la mano y tenía, además, una placa de pizarra y una acumulación de semillas bajo su cabeza. Otro de los enterramientos portaba un anillo.

Queda por delante acometer una serie de estudios con los que se pueda obtener mayor información sobre esta población: estudios antropológicos de los cuerpos (estimación de edad y estatura, determinación del sexo, análisis de patologías, estudio de alimentación, otros), estudio del ritual de enterramiento, de los ajuares, etc.  

Se ha podido ir avanzando en la realización de dataciones de C14, en concreto en tres enterramientos, cuyos resultados los han fechado entre el S.IX y el XII/XIII. Se trata de unos datos muy interesantes, ya que nos permiten interpretar que esta necrópolis pudo perdurar tras la conquista cristiana de este territorio en 1119 d.C. 

Desconocemos algunos aspectos, aunque vamos obteniendo indicios, como el nombre de esta población andalusí: Espedolla o Estercuel, la ubicación de la posible mezquita, la extensión completa de la necrópolis, entre otros.

Diversas poblaciones de la Ribera de Navarra como Tudela, Ablitas, Arguedas, Barillas, Cadreita, Cascante, Cintruénigo, Corella, Cortes, Fontellas, Monteagudo, Murchante, Pedriz, Ribaforada, Urzante, Valtierra y Vierlas tuvieron comunidades musulmanas durante la Edad Media. En la actualidad, podrían quedar evidencias de este pasado en varias de ellas, evidencias que suelen salir a la luz con la realización de obras en calles, rehabilitaciones de viviendas, etc. Y es en estos campos donde la Arqueología es la disciplina adecuada para realizar intervenciones en las que descubrir y conocer nuestro pasado.

Puesta en valor

La puesta en valor física de este yacimiento resulta muy complicada, sin embargo, la puesta en valor virtual (digitalización del patrimonio) es una de las vías para la difusión y promoción de la necrópolis. La aplicación de nuevas tecnologías en patrimonio y, en concreto, en Arqueología está permitiendo una mayor difusión y democratización del acceso al conocimiento de nuestro pasado, que es uno de los objetivos de las intervenciones arqueológicas: dar a conocer a la población y a la sociedad actual aspectos de su historia y de su patrimonio. Gracias a la Arqueología, Ribaforada ha conocido en los últimos años novedosos datos sobre su Historia, en los que se muestra un rico pasado e interesante patrimonio.

Ámbito Sociocultural

La Ribera de Navarra ha sido a lo largo de la historia, una zona de ocupación y de convivencia entre distintas culturas y religiones. La Edad Media es una buena muestra de ello con la convivencia de las tres culturas (cristianos, musulmanes y judíos). La aparición y conservación de estas evidencias hispanomusulmanas en diversas localidades de la Ribera podría dar lugar a planificar y desarrollar actuaciones enfocadas a avanzar en una integración sociocultural de estos colectivos en la sociedad actual.