Valtierra

Excavaciones en el castillo de Valtierra

Por iniciativa del Ayuntamiento se planteó la realización de un proyecto de excavación arqueológica que descubriera restos de este castillo para poder hacer de este monte un lugar visitable, con un valor patrimonial.

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photo_camera Jesús Lorenzo, arqueólogo y profesor de historia medieval en la UPV, se unió en 2021 al equipo de Sola y Bienes

Castillo de Valtierra es la denominación que tiene un yacimiento arqueológico que se localiza al norte de la zona urbana, en un cerro en forma de meseta, con un ancho foso en su lado norte, que aprovecharía antiguos barrancos que serían modificados por la acción humana.

Actualmente no se ve nada del castillo, algo que ocurre en muchas poblaciones navarras que vieron como sus fortificaciones se convertían en cantera para la extracción de piedra, aunque en el caso de Valtierra la ausencia de restos es total, pues en otras poblaciones siempre queda algún resto visible, por mínimo que sea.

Por iniciativa del Ayuntamiento se planteó la realización de un proyecto de excavación arqueológica que descubriera restos de este castillo para poder hacer de este monte un lugar visitable, con un valor patrimonial. Nuestros trabajos empezaron en 2018 y ya llevamos cuatro años de campañas con un resultado bastante diferente al que pensábamos cuando empezamos.

Antes de comenzar a excavar se hizo un estudio en la zona llana del cerro por medio de un georrádar; este es un aparato que hace un barrido en bandas por la superficie, mandando una señal cuyo rebote se recoge por sensores, luego, procesa por ordenador las diferentes interferencias y crea un mapa de puntos por donde hay mayor concentración o alineación de zonas duras. Este mapa luego se tiene que interpretar y confirmar por la excavación real.

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En 2018 y 2019 se hicieron sondeos en aquellas zonas donde se veía más claramente que había estructuras o concentración de derrumbes, comprobando que en algunas zonas perimetrales del cerro se conservaban algunos muros del castillo y en zonas centrales de la explanada había muros y estratos arqueológicos de cronología islámica.

En el segundo año, 2019, ya nos dimos cuenta de que las posibilidades de encontrar restos monumentales del castillo eran prácticamente nulas, pues todo lo que habíamos encontrado eran cimentaciones de edificios adosados a la muralla (muralla que ya no existía) y restos de una torre qué, aunque tenía mucho más volumen construido que unas meras cimentaciones, era difícil de comprender, salvo para los que estamos acostumbrados a entender el proceso de destrucción de una estructura.

Sin embargo, en ese mismo año, se abrió una nueva expectativa, y es qué al vaciar un pozo de cronología islámica, se observó que, al comienzo, dejaba visto parte de un muro, que por lo menos tenía un metro de altura. Así que en 2020 centramos los trabajos en esta zona, con unos resultados totalmente inesperados.

Actualmente no se ve nada del castillo, algo que ocurre en muchas poblaciones navarras que vieron como sus fortificaciones se convertían en cantera para la extracción de piedra

La excavación en este tercer año nos descubrió una serie de espacios domésticos, pertenecientes a una vivienda, con dos momentos constructivos diferentes: uno fechado en los siglos IX al X y otro del X al XII, finalizando con la conquista cristiana.

Los muros de estas viviendas están realizados con piedra de yeso y con predominio del tamaño pequeño, con la característica forma de construcción en espiga o espina de pez, de tal manera que las hiladas se construyen con las piedras colocadas con una cierta inclinación, alternando esta inclinación en las hiladas superpuestas. Este tipo de aparejo se remonta a la época romana, conocido como opus spicatum, y es retomado por la cultura islámica, y en algunas zonas también por la cristiana.

Ninguno de los espacios descubiertos corresponde a las habitaciones principales, sino a zonas destinadas a patio y trabajos varios. Entre ellos destaca uno que presenta suelo de piedras, donde en un rincón hay dos losas más cuidadas y separadas por un canalillo que cruza la pared y sale al pozo que excavamos el año anterior. Se trata de una letrina, un wáter de época árabe que ha centrado durante estos dos últimos años la expectación de los visitantes y medios de comunicación, pues todo lo relacionado con la muerte y lo escatológico llama siempre mucho la atención.

Esta letrina estaría situada en una zona de establo, indicando el grado de limpieza de aquella sociedad que ya tenía un sistema de evacuación sanitaria que sacaba las inmundicias fuera de la casa a un pozo ciego, que estaría cubierto con una losa y situado en un patio, sin necesidad de que fueran a la calle, como acostumbraban otras sociedades y culturas antiguas, y otras no tan antiguas.

Durante 2020 intentamos buscar algunos restos más de fortificaciones del castillo bajo medieval, pero fueron infructuosas. Esto no quita para que en otra zona puedan aparecer estructuras, pero quizás solo sean subterráneas, tipo aljibes o bodegas.

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Durante ese año también pudimos constatar que algunas partes del yacimiento, el nivel arqueológico antiguo había sufrido grandes remociones de tierra al cumplir funciones como cantera de arcillas para construcción de adobe o tapial, quizás realizados a final de la Edad Media o en época Moderna, ya siglo XVI; son grandes fosas que se rellenan posteriormente con tierras de peor calidad y escombros. También nos encontramos con una zanja marcando un ángulo en un extremo del monte, donde encontramos cerámicas muy modernas y casquillos de cartucho de fusil, con una fecha que se remontaría a nuestra pasada guerra civil, debiendo de existir durante la contienda un puesto de vigilancia, aunque en esta zona no hubo frente de batalla.

Finalmente, en 2021, se ha dado un paso más en la importancia de los trabajos, pues ha entrado a formar parte del equipo inicial formado por Juanjo Bienes y Óscar Sola, el también arqueólogo y profesor de historia medieval en la Universidad del País Vasco, Jesús Lorenzo, junto con un equipo de alumnos de su facultad y también de la Universidad Pública de Navarra.

En los próximos años nos centraremos en el descubrimiento del urbanismo islámico

Con este planteamiento de trabajo nos centraremos en los próximos años en el descubrimiento del urbanismo islámico, esperando encontrar las habitaciones principales de la vivienda y la trama urbana que tuvo la antigua localidad de Valtierra, cuyo origen está en este cerro. Tras la conquista cristiana, la población ocuparía la zona baja, al sur, donde ahora está la iglesia y el casco histórico, reservándose la zona alta exclusivamente para el castillo, formado por un gran cerco que tendría una explanada central bajo la que se arrasó y tapó el urbanismo islámico que ahora estamos descubriendo.

Ha sido el hecho de que sobre esta explanada no haya habido construcciones, lo que ha favorecido la conservación de los estratos islámico, brindando una conservación que puede clasificarse de excepcional, pues no es común encontrar los muros con tanta altura conservada, algo que no hemos podido encontrar en Tudela, con una mayor importancia histórica y patrimonial, pero donde las estructuras se han visto muy alteradas por las construcciones posteriores.