Tudela

Estigmatizar a una persona con esquizofrenia es injustificable y retrógrado

Importancia de las familias y de las asociaciones

El presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), José Giner, ha realizado un llamamiento con el fin de “vencer los dos viejos problemas que impiden que las personas que padecen esquizofrenia se reintegren en la sociedad del mismo modo que se reintegran personas con otras patologías: la falta de conciencia de enfermedad y, sobre todo, el estigma que todavía impera en nuestra cultura”.

Giner, que además es catedrático del área de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla y jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Virgen Macarena de la capital hispalense, ha hecho hincapié en que “gracias al nuevo enfoque de la psiquiatría moderna, en el que existe una preocupación mayor por la persona afectada en vez de por la mera psicopatología, y al avance registrado en el estudio científico de la enfermedad y la farmacología empleada para su tratamiento, los pacientes con esquizofrenia pueden llevar, con el debido control y apoyo, una vida normal en la práctica totalidad de los casos”.

Por eso, aboga por “cambiar los estereotipos sociales y tratar a las personas con esquizofrenia como se trata a pacientes que reciben tratamientos de otras enfermedades y que se integran con normalidad en la vida social”.

El profesor Giner ha resaltado la importancia del trabajo conjunto entre las familias, las asociaciones de pacientes y los servicios de salud mental, ya que una acción coordinada desde los tres ámbitos “influye favorablemente en la adscripción del paciente al tratamiento”.

Y continúa señalando que la falta de conciencia de enfermedad de las personas con esquizofrenia “propicia alteraciones en el seguimiento prescrito” y que por ello, “hay que poner todos los recursos al alcance para asegurar que el paciente se adhiere al tratamiento, controla los síntomas y desarrolla una vida normal, integrado en la sociedad”.

Además de los tratamientos farmacológicos, “no se debe dejar de hablar con la persona afectada”, asegura.