Tafalla

Esparza publica ‘República y autonomía vasconavarra’

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El editor tafallés José Mari Esparza Zabalegi ha sido fundador en 1985 de la sociedad Altaffaylla, donde comenzó a publicar sus primeros libros. Editó y fue el coordinador de la obra ‘Navarra 1936. De la Esperanza al Terror’. Desde 1988 ha dirigido la editorial Txalaparta. Forma parte de la Fundación Euskal Memoria y de otras entidades relacionadas con la recuperación del patrimonio y la memoria histórica, y ahora nos ha sorprendido con una biografía del republicano navarro David Jaime, en la que aparecen numerosos personajes republicanos de Tudela y de la Ribera Navarra.

¿Por qué David Jaime?

Porque es un dirigente republicano referencial en Navarra. Pertenece a la generación transformadora que alumbró la Segunda República. Su fama en Navarra le viene por su cargo de diputado y por haber sido uno de los mayores impulsores del Estatuto Vasconavarro. Es curioso, porque siendo muy distante del PNV, tenía claro que la Navarra republicana sólo podría progresar unida a las cuatro provincias, e hizo una enorme campaña entre los ayuntamientos de izquierda de la Ribera para que se adhirieran al mismo, lo cual lo consiguió por su discurso social, laico y republicano. Como dato relevante, consiguió que la Diputación aprobase por vez primera la oficialidad del vascuence en Navarra.

A través de su vida y la de sus camaradas, comprobamos que el tema de la autonomía navarra y de la unidad vasca no fue en absoluto monopolio del nacionalismo vasco, sino que hubo muchos que, desde la izquierda, tenían asumido que la causa social y la nacional iban por la misma senda. Y pagaron alto precio por ello.

¿Qué papel tuvo la Ribera en ese momento?

Sabido es que fue la vanguardia en la lucha por la tierra y por el laicismo. De ahí los índices de fusilamientos. Pero sobre la postura de Navarra y de la Ribera en el tema del Estatuto, se siguen ocultando muchas cosas. Se quiere ignorar que en tres asambleas, por amplias mayorías, los ayuntamientos eligieron el Estatuto Vasconavarro como la mejor forma de defender los intereses populares y la autonomía. Y que además hubo otras asambleas por comarcas, como la del 6 de agosto de 1931, que reunió en Tudela a 20 de los 23 ayuntamientos de la Merindad y, tras el debate, los veinte votaron por el Estatuto Vasco-Navarro. Fue la derecha la que posibilitó, con un pequeño margen, el resultado adverso en la cuarta Asamblea. Y si algunos sectores de izquierda dudaron en algún momento, inmediatamente rectificaron tras el triunfo del Frente Popular en 1936, cuando todas la izquierdas juntas, exigieron al Gobierno recuperar la senda del Estatuto Vasconavarro. Es el caso del alcalde de Tudela, Aquiles Cuadra, o el dirigente de la UGT, Jesús Boneta de Peralta.

Luego la mayoría fueron fusilados o tuvieron que exiliarse, y es en el exilio donde surgen diversos organismos apoyados por todos los partidos (CNT, UGT, PSOE, PC, PNV, ANV, Izquierda Republicana, etc.) con el objetivo de derrocar a Franco, recuperar la democracia republicana e unir a Navarra, con sus instituciones forales, al resto de provincias vascas. Hay mucha documentación.

¿Uno de ellos fue el Consejo de Navarra?

El Consejo de Navarra fue una especie de Diputación en el exterior, compuesta por diputados y altos cargos del exilio. Fue presidida por David Jaime, y con él estaban los socialistas Constantino Salinas o Salvador Goñi, el tudelano José Burgaleta y otros miembros de Izquierda Republicana o ANV. Al Consejo de Navarra se adhirieron y colaboraron con él gente de la relevancia del escritor, también tudelano, Ezequiel Endériz, que hacía de portavoz del Consejo desde Radio París. En las emisiones, ponían jotas de Raimundo Lanas, al que consideraban un republicano más.

Entre las tareas del Consejo estuvo el hacer el primer censo de fusilados en Navarra, ayudar a los exiliados navarros, mantener la llama de la resistencia y preparar el futuro de la Navarra sin Franco, republicana y vasca. La Alianza Democrática Navarra, que luchaba desde el interior y aglutinaba a toda la resistencia, mostró su apoyo al Consejo.

¿Y qué fue aquella Navarra republicana y vasconavarra?

Continuó durante todo el exilio adherida a las organizaciones del Gobierno Vasco o que actuaban en el ámbito del País Vasco. Cuando el PSOE y la UGT, en los primeros años de la Transición, hablaban como organizaciones vasconavarras, no hacían más que continuar una larga tradición de unidad con el resto de provincias. Es triste que en 1981 cambiaran de postura y renunciaran a su pasado histórico. La Transición, ya lo dijo Gregorio Morán, sólo fue un “un proceso de desmemorización”.

David Jaime dijo al final de sus días que “Nuestro pueblo despertará”

Sí. Y el alcalde de Tudela, Aquiles Cuadra vino a decir lo mismo antes de fusilarlo. Peio Irujo que intimó con él en la cárcel, recogió su testimonio: “Termine la guerra como termine para nosotros navarros está claro nuestro futuro: Navarra se salvará por la autonomía, por el Estatuto; Navarra se salvará en el País Vasco y el País Vasco salvará su economía y realizará una obra de cultura, de progreso, de justicia y de paz con la República, y en régimen de Libertad y de Democracia”. Algunos ahí seguimos, intentándolo.

¿Vas a presentar tu libro en la Ribera?

Si me llaman, por supuesto. Hay mucha desinformación sobre el pasado histórico de la Ribera y hace falta recordarlo. Aquella noble generación se merece que la conozcamos mejor.