A Yolanda Jiménez, propietaria del establecimiento Tules, le avalan 26 años de experiencia en la confección de trajes tanto para novio como para novias. “Este año viene mucho el color, los tonos grises, el blanco hielo y mucha seda natural, aunque la mayoría de las novias sigue prefiriendo el blanco hielo. En cuanto a los novios este año nos han pedido mucho chaqué. Se llevan los brillos, las chaquetas entalladas con camisa, preferentemente, blanca y mucho color en los chalecos. En veintiséis años han cambiado mucho tanto los tejidos como las novias. Los encajes y brocados han perdido protagonismo a favor de las telas lisas.
El vestido que más se vende es el entallado, que marca la figura, el palabra de honor y los volantes, Las tendencias las suelen marcar los famosos que aparecen en las revistas, las galas de los premios Oscar… Disponemos de un catálogo muy amplio y contamos con 200 trajes de novia para probar, pero si al cliente no le gusta ninguno puede traer su propio diseño. Nosotros lo dibujamos, buscamos los tejidos y lo confeccionamos. Aunque solemos pedir acudir con tres meses de antelación a la boda, viene gente que viene desde un mes o hasta un año antes. Tengo unas clientas que vienen desde Méjico, cogen un vuelo y tengo de plazo una semana. Incluso si viene alguien pidiendo un traje de un día para otro también se lo confeccionaría. También hemos mandado por mensajería un traje a Brasil. Las medidas las tomamos a través del teléfono.
En cuanto a los trajes de novio los hacemos todos a medida, pero trabajamos con una casa italiana, de las mejores en este sector.
Lo más raro que he vendido en estos años ha sido un traje de novia negro y el que diseñamos para una boda heavy (le hice un corpiño blanco, todo con cadenas), la chica llamaba la atención y fue una boda muy bonita. Los chicos iban con chistera y quedó muy bien.
