Los rinconeros apelaron a dos de las referencias de su esencia para festejar este fin de semana a su patrón, San Miguel: tanto a la tradición festiva de los encierros de reses bravas y toros como a la importancia agrícola y productiva de sus frutales a través de la Denominación de Origen Protegida Peras de Rincón de Soto.
Los actos arrancaron en el mediodía del viernes, con la multitudinaria misa y procesión en honor al patrón. Y también cientos de personas poblaron por la tarde el recorrido del encierro, donde se soltaron varios toros para el disfrute y las bonitas carreras de los mozos, mientras esperaban a ‘Zalamero’. Este ejemplar de 590 kilogramos de la ganadería Jesús Macua-Ana Corera de Larraga (Navarra) era el gran protagonista de la sexta edición del Toro de San Miguel. Tras soltarlo ensogado, los mozos le colocaron el manto azul de San Miguel y lo corrieron por las calles. Pero por su agotamiento, acabó muriendo al caer la noche.
El colofón a estas fiestas lo puso la celebración del VIII Festival de la Pera de Rincón de Soto, una jornada para la exaltación del fruto dulce emblema de la localidad riojabajeña. Quince postres y catorce platos participaron en el VII Concurso de platos elaborados a partir de Pera, que demostraron no sólo las posibilidades que ofrece el fruto, sino también las combinaciones de sabores, las propiedades nutritivas... En ellas insistió la dietista alfareña Mariela Rodríguez de Pablo en una breve charla al respecto.
Además, la jornada tuvo también sonidos tradicionales de la mano de la primera edición del Concurso de Jotas Alusivas a la Pera. Y los cientos de rinconeros y visitantes que se pasearon sobre las mesas que exponían los quince postres y catorce platos también pudieron saborear el jugo de pera blanquilla mientras la Rondalla ponía las canciones populares.
