De esta manera apareció el muñeco que representa a Judas en la Casa del Reloj, puntual a su cita con los tudelanos a las diez de la mañana. Aunque no suele ser habitual el pelele se desprendió de todo su ropaje sin la ayuda de los voluntarios de la Orden del Volatín, encargados de la organización de este tradicional acto y quienes comentaron que el muñeco llegaba “convaleciente”.
La villa de Artajona recogió el cabezudo Tudelano
Después del estallido del puro del pelele y del posterior zarandeamiento, que no fue suficiente para despojarle de sus ropajes, desde los balcones comenzaron a lanzarse los tradicionales caramelos, globos, chucherías y balones, algunos también de rugby, gracias a la colaboración del club Gigantes de Navarra.
Francisco Bañales, concejal del consistorio artajonés, fue el encargado de recoger el cabezudo Tudelano, figura que entrega la Orden del Volatín desde hace más de tres décadas. En el acto, que se desarrolló en un abarrotado salón de plenos, también estuvieron presentes los Gaiteros y los Auroros de Tudela.
