El paso de La Caída, de La Cofradía de la Pasión, y su estandarte cumplen este año medio siglo de vida, una efemérides que la entidad no quiere dejar pasar por alto. Con tal motivo se han organizado varias actividades internas, pero lo que van a poder ver los tudelanos en la procesión de Viernes Santo son, principalmente, el resultado de la restauración del paso y la renovación del uniforme.
“Con el hábito vamos a empezar poco a poco. Este año renovaremos una parte, y seguiremos luego con el resto”, indica Mª Jesús Gil Gardachal, presidenta de la cofradía desde hace dos años, y primera mujer que se hace cargo de la misma, desde su fundación en 1950. Al respecto se siente orgullosa de que junto a ella trabaje otra mujer al frente de la cofradía (la secretaria: Ana Ansó Ruiz), y del apoyo que ambas y el resto de la junta directiva están recibiendo del anterior equipo. “Ellos han dedicado mucho de su tiempo de forma altruista a la continuidad de esta cofradía y les estamos muy agradecidos”, indica.
La entidad cuenta con 100 cofrades, “sin embargo somos unos 50 los que participamos activamente, y por eso estamos necesitados de gente que colabore. Hasta ahora no teníamos un lugar fijo donde guardar nuestro paso, y este año gracias a las hermanas Capuchinas lo tenemos. A ver si la gente joven de esta zona de Tudela se anima y se unen a nuestra cofradía”, manifiesta su presidenta.
El paso de La Caída (la cofradía llevó otro antes que este) se bendijo el 30 de marzo de 1958. Se adquirió en una casa de imaginería de Oloz (Gerona). Durante los primeros años lo sacaban 14 personas a hombros. En la actualidad el paso está dotado de cuatro ruedas. Por su parte, el estandarte es obra de Horacio Miguel Bona. El uniforme de la entidad está compuesto por túnica negra, capuz blanco, cañidor blanco, guantes blancos y calzado y calcetín negros.
